Secco: ¿Más rápido? ¡Claro, claro!
— Diría con una sonrisa, riendo y comenzando a correr aún más rápido, haciendo algunas volteretas, se dirigía a una ciudad.
Secco: — Hundiéndose y apareciendo debajo de las piernas de Flor, la sube en sus hombros, para luego comenzar a correr a 70 Km/h, ya que la armadura aumentaba todos sus sentidos y lo mejoraba.
Veamos qué podemos hacer...