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⸩⸸⸨ /  — Excelente elección — susurró. Dejó de acorralarlo y en un ágil movimiento lo cogió de los glúteos, acercándolo aún más a él, si es que se podía. Sasuke jadeó cuando sus miembros chocaron con fuerza.

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⸩⸸⸨ / — ¿Quieres que continúe, hermanito? — susurró rozando sus labios — dímelo y te haré tocar el cielo. No te obligaré a nada, nunca lo haría — bajó su mano derecha hasta la cintura de Sasuke y lo acercó aún más a él; el azabache menor gimió en su boca, mientras cerraba los ojos. — pero ten en cuenta, que si accedes, no habrá vuelta atrás. Una vez que entras al infierno, ya no hay forma de salir. — sacó la lengua y delineó su labio inferior.

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⸩⸸⸨ / Itachi acercó su cuerpo aún más al de Sasuke, podía sentir la punta de la katana punzar en su costado, sin aún perforar la piel, mas sabía que no sería capaz de abrirse paso a través de su carne. 
          
          — Si vas a matarme, ¡hazlo ya! sino envaina eso. — se acercó hasta su oído y habló con voz grave —  En mi planes hay una espada involucrada, pero es la mía perforando tu pequeño y apretado agujerito — tomó entre sus dientes el lóbulo de su oreja y acercó su erección hasta la entrepierna de su hermanito, la cual se encontraba dura como una roca.

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⸩⸸⸨ / En un movimiento ágil, que el menor apenas pudo captar,  apoyó ambos brazos en la roca, acorralando a su asustado hermanito. Apoyó su cuerpo sobre el del más pequeño y acercó su cabeza a la de él, sus labios se encontraban muy cerca, sus respiraciones se mezclaban. Podía oír claramente el latir del desbocado corazón de Sasuke.

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⸩⸸⸨ / Pudo percibir el movimiento de su mano hacia su espalda, estaba nervioso  y lo más probable es que intentara atacarlo; lo conocía como la palma de su mano, mejor, incluso, y sabía a ciencia cierta, que apenas se acercara un poco más a él y se sintiera «amenazado», desenvainaría la katana. No obstante, no era un opción alejarse él, lo necesitaba, quería tenerlo cerca, ¿hace cuanto que no sentía la piel de sus mejillas bajo sus manos? ¿o besaba su frente? Años, más de lo que hubiese querido nunca. Su alma estaba herida, y aunque fuera, un pequeño segundo del cálido cuerpo de su pequeño, cerca del suyo, sería un bálsamo para su agonizante corazón. 
          Dio otro paso decidido, ya no había vuelta atrás, sabía que no estaba listo para cumplir su venganza, pero si por alguna razón lo lograba, moriría feliz.

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⸩⸸⸨ / — Por la forma en que mordías tus labios, intentando acallar tus jadeos, pensé en lo contrario. — respondió sereno, viendo como los ojos del menor se abrían levemente — te conozco, Sasuke. Si de verdad me hubieses querido atacar, lo habrías hecho apenas pusiste un pie en esta cueva, y no te habrías escondido tras esa pared, ruborizado hasta las orejas y con la respiración acelerada. Sé cuanto te afectó lo que viste, hermanito. Me dejaste "disfrutar" no por mí, sino por ti, porque sabes muy bien al igual que yo, que morías de ganas que lo que me estaba haciendo a mí, te lo hubiera hecho a ti — dio un paso fuera del agua.

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⸩⸸⸨ / Itachi no pudo evitar sonreír bajando la cabeza. Se giró por completo y encaró a su hermano,  en su completa desnudez. Se regocijó cuando la mirada de Sasuke se dirigió automáticamente hasta su aún presente erección.
          
          — ¿Te gusta lo que ves, Sasuke? Porque podría ser tuyo si así lo quisieras — sonrió altivo, enarcando una ceja.

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⸩⸸⸨ / — ¿estarás eternamente escondido allí? — giró la cabeza ligeramente, interceptando la oscura mirada de su voyerista hermanito menor. — si no me has atacado o no te has ido es porque te ha afectado en más de alguna manera el verme en estas condiciones, ¿o me equivoco, Sasuke?

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⸩⸸⸨ / sin importar que estuviera siendo observado, acarició con lentitud su desnudo cuerpo, bajó las manos a través de su pecho, y luego un poco más abajo, a través de su marcado vientre. Él era consciente del atractivo que poseía y en aquel momento sabía lo afectado que se encontraba su hermano, escondido tras el vértice de una roca, tan sólo a unos metros de él. Sonrió, cínico y descendió unos centímetros, posando su palma abierta sobre su, de por sí, generosa masculinidad, más que despierta. Acarició suavemente y no pudo evitar que un gemido escapara por entre sus labios . De a poco, y con una lentitud apremiante, cerró su mano sobre su glande, el cual ya se encontraba hinchado y humedecido de sus propios fluídos. Jadeó ante la sensación de sus dedos helados y la sensibilidad de su carne. Movió poco a poco  su mano hasta la base de su pene, su cabeza se fue hacia atrás sin preverlo y su brazo derecho se estiró buscando la estabilidad de la roca frente a él, mientras aumentaba el ritmo de sus caricias. 
          En aquella oscura cueva se podían oír sus gemidos retumbando en las paredes y el sonido de la fricción de la carne. A medida que  aceleraba sus movimientos, sus caderas se unieron, en un vaivén que lo hizo querer más, pues mientras sintiera la presencia de su hermano ahí, nada bastaría. La necesidad casi primitiva de tomarlo y profanar su cuerpo eran mayores.
          Abrió la boca y sus ojos se pusieron en blanco, mientras ejercía los últimos movimientos sobre su palpitante erección, jadeó, gimió y gritó a todo pulmón, en el momento en que su semilla llenaba su mano y parte del piso de la cueva.