¡Hola! Probablemente tú y yo no nos veamos jamás. O a lo mejor ya nos hemos visto. En una parada de metro, en la cola del pan, esperando al verde del semáforo... O tal vez nos hemos cruzado por la calle, simplemente. Solo soy uno de los centenares de rostros que ves cada día y olvidas, uno más de todos los que verás a lo largo de toda tu vida. Una nariz, unos ojos y una piel que quedarán difuminados en el gran océano de tu memoria. 
Yo parto de la creencia que cada rostro esconde un mundo. Aquí te presento el mío. Solo me queda darte la bienvenida y el deseo de que pases un buen rato. ¡Gracias y adiós!