A veces en la vida no se presentan una oportunidad dos veces. Es un tómalo o déjalo. Arriesgate y gana o pierde todo. 

A veces estás tan feliz que no crees que la Vía Láctea sea suficientemnete grande para contener esa emoción. Y hay veces en la que coger una gillete y pasártela por las venas parece la opción correcta.

Hay días en que mirarás el cielo y verás la luna radiante protegiendo nuestro suelo y contarás todas las estrellas pidiendo deseos. O simplemente encontrarás esa vista cuando menos te lo esperas y no hay más que apreciar el estar vivxs. En los que sentir la luz de sol, el sabor de las comidas, el ritmo de una canción, las palabras en un libro, oír las risas, gestos y bromas de lxs que amas será suficiente para hacerte ignorar hasta el más doloroso trauma. 

Pero habrá momentos y serán muchos en los que el mundo te parecerá avasallador. En los que crees que no das ni un paso más porque ¿De qué sirve? Todxs mueren o te dejan solx al final. En los que ver en el lugar que vives te dará ganas de vomitar, llorar y patalear, porque la gente se muere en la esquina. Porque si naciste aúnque sea a unos metros de una frontera tienes que aguantar una miseria  que lxs que viven al otro lado de esta nunca sentiran.  

Y por eso escribo, para encontrar esos chispazasos de felicidad cuando no la tenemos. Para saber que no estamos solxs en nuestra tristeza. Y que no. No eres extrañx, no estás rotx, no te has vuelto locx.  Para recordar que pase lo que pase hay esperanza para vivir nuestros sueños en paz.

Y si tú persona bonita llegaste al final (o no)  de este pequeño epígrafe deseo  que la encuentres.