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No me había animado a dejar una nota porque honestamente esperaba que en algún momento fuera a salir el capítulo y fluyera y todo eso. Así que les cuento:
No es que no sepa lo que ocurre en los últimos capítulos de Una dama de burdel o Una madre sin esposo, sé exactamente lo que viene y a los desenlaces de los diferentes personajes. Sé exactamente lo que va a ocurrir en Una mujer sin corazón II, y III.
Ocurre que cuando estaba a mitad de terminar las dos novelas recibí la noticia de la publicación y contrario a lo que pensé que me ocurriría, me dio una crisis nerviosa y de ansiedad espantosa y paré en el psiquiatra.
Lo que siempre había evadido al final terminé casi implorando por una cita pronto porque me sobrepasó todo emocionalmente y después de eso llegó el nuevo diagnostico que va a: TDAH y Trastorno depresivo recurrente. Lo segundo lo veía venir, lo primero no. Y bueno, la medicación para el TDAH me ha vuelto muy estable emocionalmente y al mismo tiempo me ha cubierto los ojos de manera creativa. Cuando me preguntaban cómo podía escribir tantas novelas a la vez la respuesta era simple: imaginaba diferentes escenarios y cómo se iban entrelazando y terminaba con uno y pasaba a la siguiente historia y siguiente narrador y siguiente ambiente y siguiente escena y todo fluía muy bien, porque creo que eso era parte del don de la hiperactividad mental del TDAH.
Y ahora tengo que aprender a encontrar mi modo de creatividad porque no puedo soltar las medicinas todavía, y no encuentro mi modo de creatividad porque es más díficil de lo que suena solo sentarse y escribir. Me siento todos los días las mismas cinco horas y todos los días me levanto sin conseguir armar un párrafo porque las palabras no vienen. Así que leo, edito, reescribo y cierro. Y todo lo nuevo que escribo lo borro. Un día tras otro.