Escribo desde donde duele, desde donde arde y desde donde, a veces, también me curo. Observadora incansable, intensa hasta la médula, y experta en darle forma de palabras a todo aquello que otros solo sienten sin nombrar.

Formada en el arte de mirar a los demás con profundidad, he dedicado parte de mi vida profesional al desarrollo de personas, a la escucha activa y a la búsqueda de verdades que no siempre se dicen en voz alta. Mi escritura es espejo, es refugio, es herida y también es abrazo.

En mis relatos hay vínculos complejos, silencios que gritan, mujeres que sienten demasiado y realidades donde el amor no siempre es claro, pero sí imprescindible. Amo el mar, los libros que no terminan de cerrarse, y las historias que se cuentan entre susurros.

Haz caso a nadie es mi primera novela, escrita entre viajes de tren, notas de voz a deshoras y madrugadas en las que, más que dormir, necesitaba escribir para entenderme.

Creo en la fuerza de lo íntimo, en la belleza de lo cotidiano, y en el poder transformador de una frase que llega justo cuando más la necesitas.