Un día, aquel día, alguien me preguntó si podía describirme en pocas palabras. Pero, heme aquí buscando palabras para decirte a ti, que te has tomado la molestia de leer, quién soy. Quizás, no era una pregunta tan idiota, quizás no puedo decirte con exactitud quién soy porque un día hago algo y al otro ya lo perdí, pero sé con seguridad quien no soy. No soy la chica que busca desesperadamente el amor, pero cada noche en sus sueños recuerda haber leído sobre su último deseo, - ¡Qué alguien me diga como sacarlo del libro!-. No soy la chica que todos consideran linda ni muchos menos la que todos quieren de amiga. No esperen encontrar la chica que odia todo sin razón aparente, yo lo odio con muy buenas razones. No soy la chica escrupulosa, ni la que sueña con usar ropa a la "moda", porque el mono de medicina me sienta perfecto. No quiero decir que soy rara, fuera de lo común o cualquier cosa así, solo porque he leído más libros que muchas de las niñas que conozco o porque no empiezo un clase sin mi apreciado café. No tengo sonrisas para todos, pero puedo sacarte mil risas con mis idioteces. La mayoría de las veces no digo las cosas adecuadas, la mayoría de las veces mis abrazos no son lo más reconfortantes, la mayoría de las veces mi sarcasmo e ironía suelen ser inoportunos, pero la mayoría de las veces no te juzgaré.

Así que no hay pocas palabras para decir que soy, quién soy, qué hago, porque tengo mil defectos, pero también tengo este montón de cosas de las que estoy orgullosa de mí y me encanta poder decir que he logrado mucho de mis promesas. No hay nada perfecto en mis decisiones, pero hay muchas experiencias en ellas. 
¿Cómo escritora? Puede que no sea buena, puede que solo sean desvaríos, puede que simplemente sea mi escape, pero es mío y sea o no buena, tienen un pedacito de mi alma porque la inmortalidad se encuentra en el plasmar de los alocados pensamientos de aquellos que no estamos cuerdos.