Doy un suspiro tras ponerme de pie sobre el jardín delantero de mi casa, recuperando un poco el aire luego de haber saltado desde la rama más baja del árbol que hay junto a mi ventana. Nunca me costó demasiado subir o bajar a mi cuarto de esta forma, pero siempre consigue agitarme un poco.
Me peino un poco con una de mis manos, con la otra revisando qué hora es. Todavía tengo diez minutos para ir a encontrarme con Wolfgang, mi profesor, en el parque frente al instituto. Bah, cada vez que lo pienso se siente más raro aún... Pero bueno, de todas formas pensaba salir de casa. Mi pecho se siente vacío últimamente. Quizás me sienta menos solo si estoy con él.
Camino hacia allí a paso rápido. No solo porque sino voy a llegar tarde, también suelo caminar así constantemente. Me desesperan totalmente las personas que caminan lento. Mi hermana lo hace. Mamá lo hacía, pero de ella nada podía disgustarme.
Algunos días la extraño mucho.
Finalmente llego a mi destino. Reviso una vez más el reloj, notando que estoy tan solo dos minutos tarde. Ahgg. Al menos el rubio no está aquí, o no lo veo. Me apoyo sobre un árbol, atento a ver si llega por donde siempre lo veo antes de entrar al colegio. Espero no lleve una camisa estúpida como casi siempre.
