Los profesores habían organizado aquella fiesta elegante, según ellos para celebrar el paso de los exámenes finales del semestre, le dejaba un mal sabor de boca, puesto que nunca lo habían hecho antes, sin embargo, nos era quién para quejarse, pues ya había visto hasta al mismísimo director platicar con la consejera hacia un rato.
Escuchaba atentamente la historia de Mizael, de cómo había sobornado a uno de los profesores, negando con la cabeza ante tan bajas acciones, pero toda su atención se la llevó la peliblanca frente suyo que cabeceaba al lado de Nicholas, enarcó una ceja, notandola dejar la copa vacía sobre la mesa del centro.
Algo andaba mal.