podemos hablar de la colisión entre querer destruir tu vida y espíritu hasta que no haya posibilidad de arreglar la soledad que uno mismo empeoró y querer vivir una vida feliz y grata
no tengo muchas amigas que sean fieles creyentes o que sigan una religión activa para poder hablar de esto, pero fuera de religión, siempre pienso en como cada vez que me acerco a Dios quiero vivir mi vida y veo una luz, para luego toparme con esa parte sombría de mi alma que me vuelve a arrastrar de golpe o lentamente hacia la depresión, como si estar triste fuera mi completa identidad, como si fuera lo único en lo que soy buena.
y me he dado cuenta que tengo muy normalizado este desorden emocional y los deseos de destruir y acabar con mi vida; cuando me doy cuenta que todos los demás no se dejan consumir por el más mínimo problema y no piensan automáticamente en lo peor. y no quiero que el chico que me gusta conozca esa parte de mí, que sepa que me odio a mí misma, que no me siento bonita, que vomito de la ansiedad cuando pienso que si engordo perderé el único valor que la sociedad me da, porque encuentro defectos en cada minúscula parte de mi ser, porque en realidad no soy nadie y soy todos.
siempre pienso en como puedo gustarle a alguien y saber muy dentro de mí que en realidad me odian; porque no soy nadie, pero una imagen grata para que me amen. no quiero inventar una personalidad para gustarle y luego cansarme de tener que fingir todo el tiempo el ser alguien que no soy para seguir teniéndolo a mi lado. quiero que ame a la verdadera yo, pero no hay yo, solo un oscuro vacío, un jarrón con flores marchitas y el agua que las envenenó.