Hola, pescadito, te escribo esto sin necesidad de esperar una respuesta por tu parte (si es que lo llegas a ver). Solo quiero expresarte el porqué de las decisiones que tomé y por fin encontrar un sosiego en toda esta tempestad que no me ha abandonado desde el día que nos separamos.
La causa de mis actos nunca fué la falta de amor y espero que eso siempre quede claro. Nunca faltó amor, nunca te he dejado de amar y nunca lo haré, no mentí cuando te recitaba y nombraba como el amor de mi vida, nunca te mentí cuando te profesaba mi amor y anhelos junto a tí. Tanto amor albergo por tí que aún separados solo velo por tu felicidad.
Te amaba tanto que el simple hecho de hacerlo me destruía. Dependía tanto de tí que poco a poco iba olvidando mi propia razón, fué mi quiebre. Yo nunca pude volver a confiar en tí desde ese dichoso evento, nada volvió hacer lo mismo, mi amor no cambió pero mi comodidad entre otras cosas no fueron las mismas y trataba de apantallar tal sentimiento con el inmenso amor que experimentaba.