entr3canibales

Hola amigos, sigo vivo

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Estoy cocinando mis preciados 2 seguidores.

ihavnoneim

@ entr3canibales  somos 5 ve
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ihavnoneim

@ entr3canibales  yupiii
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entr3canibales

@ entr3canibales  estoy tratando al personaje central como si hubiera sido el que le clavo los clavos a Dios
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entr3canibales

Estoy escribiendo algo y cada párrafo que escribo de como se siente el pj con su mejor amigo me hace sentir tan gay.

ShaD8282828

@ entr3canibales  Yo también paso por lo mismo, bro.
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entr3canibales

@ entr3canibales  pero no soy gays, lo juro...
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entr3canibales

Hola, ¿qué tal? Espero que estés bien. Sé que es de alguna manera raro lo que pretendo hacer, pero para mí no es más que una oportunidad de sacar lo que tengo en la garganta sin que alguien conozca mi rostro y pueda llenarme de vergüenza. 
          
          Soy alguien que vive con la incapacidad de tomarse la vida en serio. Lo único que sé, lo único que me sostiene, es el miedo y la tristeza, son esas emociones las únicas auténticas, las que hacen mis días una tragedia. Todo lo demás, todo lo que debería ser humano y cálido, no es más que un decorado, uno barato que interpreto con las pocas fuerzas que me quedan. Desde que perdí a la mujer que amaba —y esa palabra, "perder", es tan insuficiente para abarcar el abismo que dejó—, todo lo que hago con los demás no es más que un esfuerzo por encajar en sus esquemas. Ser amable, ser soportable, no disgustar. Pero incluso eso, ese esfuerzo, es una mentira desesperada. Por dentro, hay un desierto. No, peor que eso: una ruina, un paisaje desolado que no hace más que esperar el olvido.
          
          Y vivo, sí, con el terror constante de ser descubierto, de que alguien vea detrás de esta fachada lo que soy: un mediocre intento de ser humano. Lo sé, lo siento, lo cargo. Y también sé que suena absurdo, dependiente, patético incluso, pero la verdad es esta: la mujer que amo murió hace años. Y con ella murió algo en mí, algo que nunca he podido recuperar, mi humanidad. El dolor, ese río oscuro que me inundó, se transformó en un impulso de autodestrucción, una buena excusa para el suicidio y terminar todo de una buena vez. Solo la use como una excusa para matarme. Lo intenté, más de una vez. Ahorcarme fue un fracaso —la cuerda, el nudo, mi propia cobardía—, y estos días no deje de pensar en la muerte por agua, ese silencio líquido que promete un fin más amable.

entr3canibales

Lo único que espero es que, donde esté la mujer que amo, mi amada Delilah, pueda perdonarme, porque la he lamentado durante muchos años y seguramente lo seguiré haciendo mucho más. El amor es la peor maldición, pero lo único que me va a salvar.
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entr3canibales

Este año, como todos los anteriores, lo he pasado lavando estas manos inmundas, frotándolas con jabón como si pudiera borrar el peso de mis errores, mis faltas. Pero sé que el agua no puede purificar lo que está arraigado en lo más profundo de una persona. Aun así, me aferro a la esperanza absurda de que algún día mis manos puedan sentirse limpias, aunque sea por un instante. Si eso no sucede, si vuelvo a quedarme solo, me quedará mi corazón, que sigue añorándola, que no sabe cómo dejarla ir. Porque todo lo demás en mí ruge y grita, se descompone.
            
            Ya no pienso en el suicidio como un acto definitivo ni en la idea de seguir adelante como una victoria. No. Ahora se trata de algo diferente, algo que nunca esperé, algo que ni siquiera puedo concebir del todo. No es sano, lo sé, pero tampoco me matará. Es una especie de línea, un espacio entre el abandono y la resistencia. Y en medio de todo esto, me aferro a una necesidad: el amor. Lo único que he querido siempre, lo único que podría darme sentido. Amar a alguien una vez más, aunque sea un amor imposible, como el que tengo por Emma. Porque quizás amar sea la única manera de mantenerme vivo, de no perderme del todo. Y con eso me basta. O al menos quiero creerlo.
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entr3canibales

@ entr3canibales  Sin embargo, en medio de esa desesperación, apareció alguien. Una persona que, sin saberlo, se convirtió en mi ancla, en una razón diminuta pero suficiente para apartar la vista de mis pensamientos oscuros. Pasar tiempo con él, ese que considero mi hermano, fue lo único que detuvo mi tentación a sucumbir de una vez. Es extraño, casi incomprensible, pero me ha sostenido de maneras que nada ni nadie más ha podido. Y aún así, sigo siendo yo.
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