Cuando caí en cuenta de que ya es diciembre; casi lloro. Este año marcó mucho en mí, emocionalmente, físicamente, en todos los sentidos. Me enamoré, lloré (milagro, porque no lloré ni en el viaje de egresados de primaria), sufrí, viví, aprendí a sentir más emociones, aprendí que la vida no es fácil. Si todo fuera fácil, todo sería aburrido. Seguiría escribiendo, fingiendo que no me está por agarrar un colapso, pero tengo que irme a dormir. Buenas noches.