vt-uskper
El hermetismo del castillo crecía, cómo una barrera fúnebre, opresiva, impregnando el epílogo de vida. El usurpador avanzaba por los senderos, sus pasos resuenan con una cadencia sistemática, cercana a lo devoto. Una fuerza única percibía el aire, un peso que comprime su pecho y alimentaba su vehemencia. La presencia de un poder absolutamente incomprensible se apropia.
Cuando accedió a la recámara principal, su fijación se alzó con adoración hacia el trono central. Allí estaba la figura que gobernaba sus pensamientos, Ganondorf. El arquitecto que le brindó su poder para hacer un golpe de estado. La mera visión de su señor avivó en Zant una sensación. Era un ímpetu que iba más allá de las emociones humanas.
── Mi señor… ── susurró, su voz titubeó, como si fuera indigno de pronunciarlo en aquella presencia. Su cuerpo se inclinó en una reverencia profunda ante su Dios.
Ganondorf en cuestión de tiempo comenzó a representar todo lo que anhelaba, lo que había llegado a venerar desde el primer día.
── He cumplido nuestra voluntad ── murmuró, como una oración destinada a oídos divinos ── La oscuridad se ha extendido. El reino se encuentra sumido en las sombras, tal como lo imaginábamos.
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La sutileza del tacto producida por el señor oscuro lo llenó de una sensación efímera. El tirano quedó paralizado, como si el peso de su consciencia lo estancara en el suelo. Soltó un suspiro, las palabras de su maestro se ingresaban en su sistema.
La visión del mundo que le había prometido, uno donde el trono del crepúsculo era suyo. Esa destrucción, la desolación, no era solo el sueño de Ganondorf; era también suyo.
── Mis esbirros ya han comenzado a moverse, mi señor ── su voz sonó relajada, con un peso que no acepta interrogantes ── El reino del crepúsculo será una extensión de nuestra voluntad. Aquellos anarquistas entenderán que no hay salvación, solo servidumbre o exterminio.
── Y todo esto… Es gracias a ti, mi señor. Tu fuerza, tu visión… han dado propósito a lo que antes era solo un deseo dentro mío.
Zant apretó su mano con rabia contenida, pensando acerca del héroe del crepúsculo que ha causado últimamente problemas.
── El héroe… Link ── pronunció con un siseo ── No es más que una hoja al viento, tratando de resistir las sombras desatadas. Aun si logra llegar a las puertas del palacio, será mi sombra lo último que verá en vida.
Necesitaba sentir que su poder era una extensión de algo más grande, algo que no podía ser derrotado y que regresará siempre. Se permitió un momento de silencio, dejando que el balcón llenara el espacio entre ellos. Zant volvió a hablar, esta vez con una voz que resonaba con una lealtad absoluta.
── Juntos, mi señor… reclararemos cuál es nuestro derecho. No quedará nada ni nadie que se atreva a desafiarnos.
El casco que portaba ocultaba cualquier expresión de su rostro que pudiera traicionar su devoción, pero detrás de ella, Zant sonreía. No podía ignorar el eco de su propia ambición, uno que lo empujaba a soñar más allá de lo que Ganondorf había imaginado.
heraldofdeath__
@vt-uskper su ceño se frunció. "un heroe..." la simple palabra no le traía buena espina ni buenos recuerdos, el dichoso heroe de las leyendas ya había despertado, y no iba a detenerse hasta terminar con la maldad como un acto de su interminable valentía. una piedra en su camino que patearia, ya no era posible perder, no era posible gracias a... Zant. ───── aun si logra llegar, no hay modo de que logre derrotarme, derrotarnos, nadie va a interponerse en nuestros planes ───── ni siquiera el heroe del tiempo podría contra el pacto de alma que ellos dos habían formado.
heraldofdeath__
@vt-uskper la destrucción, su más grande anhelo, el deseo de dominar, para lo que había nacido, su destino era recto y claro, llegar algun día, en alguna vida, tomar control de todo lo que le rodea, cada pequeña cosa, por más insignificante que fuese, debía de ser solo para él. solo él tendría el derecho de ello. Zant era en menor medida, alguien ambisioso como él, buscando el poder y la dominación por sobre todo y a cualquier costo, lo cual lo convirtió en la marioneta perfecta, algo a lo que podía ordenar cuanto fuese y este obedecería, una marioneta tan desesperada por un dueño que se manejaba sola para complacerlo. poco a poco iba tomándole cierto gusto, el gusto que un ser podía tenerle a su mascota por más molesta que fuese, pero sin la parte de una conexión real. en algún momento su cachorro debía ser abandonado, solo era cuestión de buscar ese instante perfecto, uno donde no le sirviera para absolutamente nada más y que fuese obsoleto. un pequeño "mmhf" de tono positivo soltó ante los agradecimientos, tener a un ser tan cerca de él que se derretía por tratarlo como un dios era tan agradable como hilarante, dentro de él, se reía de lo estúpido que era Zant. ───── has demostrado ser más que capaz ───── desvío su mirada del horizonte desolado, y observando al Twili, puso una mano en su hombro para transmitir una confianza falsa ───── no e visto que nada se te imposibilite... así que esto sera un juego de niños para ti ───── la atmósfera que buscaba creat Ganondorf era una de confianza, paz, que la devoción de su ser del crepúsculo no desapareciera y solo se siguiera reforzando, cada acción es un granito de arena para dicha causa tan mezquina, aprovecharse de la necesidad de alguien.