@ CiciISA eso es porque nuestros personajes son pequeñas partes de nosotros mismos, por lo tanto conservan algo de nuestra conciencia. Al plasmarlos en papel, solo les damos forma a aspectos de nuestra alma que yacen dormidas en el día a día, esas partes de nuestra alma con la que conversamos a diario aún sin darnos cuenta. Como escritores, tan solo nos encargamos de darles nombres y características que los identifiquen, pero siempre serán algo mucho más complejo que un montón de palabras escritas con mayor o menos detalle. En definitiva: si te quieres a ti misma, querrás a tus personajes...