El lápiz resbaló de mis dedos mientras observaba boquiabierta lo que habia dibujado. Sin siquiera intentarlo, tus mismos ojos me veían a través del lienzo de mi cuarto. Descubrí que había estado pensando en ti cuando un suspiro salio de mis labios, cuando sin darme cuenta una lágrima solitaria rodaba por mi mejilla, cuando, sin darme cuenta, tus brazos ya estaban rodeandome dulcemente al mismo tiempo que tu boca se burlaba en la piel de mi cuello. Escalofríos recorriendo mi cuerpo entero al mismo tiempo que mi corazón se acelera.