Hay un momento, justo antes de que las cosas cambien, en que todo parece en pausa.
Como si el aire contuviera el aliento. Como si el tiempo esperara nuestra señal para seguir andando.
He estado alli últimamente.
En esa grieta donde se cruzan los recuerdos que no viví y las palabras que aún no me atrevo a escribir.
Siento que una historia quiere abrirse paso.
Que me empuja desde dentro, como si no fuera realmente mía, pero me necesitara para nacer.
No sé si estoy lista.
Pero ella sí.
Está historia no tiene héroes ni finales cerrados.
Es más bien un susurro heredado, una herida que todavía supura en algún lugar que no sale en los mapas.
Yo solo la sostengo un momento, antes de soltarla.
La dejo respirar.
Viene.
Y no vendrá sola.