Fue algo a futuro: estabas haciendo tus pasantías porque te faltaba poco para terminar tu carrera, tenías puesto el uniforme ese que usan en los hospitales. Llegabas cansada al departamento y yo estaba en una de las habitaciones pintando, te estaba esperando y era de madrugada, salía a recibirte y nos abrazábamos, rompías a llorar porque algo habías salido mal con una nena y murió. Fuimos a la habitación, llorabas en mi regazo mientras te acariciaba el cabello y me dijiste que sentiste que esa nena era yo, porque tenia un hoyuelo como él mío y las manitos manchadas de sangre parecían pintura, ella te miró mientras la llevaban al quirófano y te dolió. Dijiste eso y te dormiste, te seguí abrazando mientras tomaba café de un cafetera que estaba en una de las mesitas de luz y lloraba porque te dormiste sintiéndote triste.
Cuando despertaste al día siguiente yo estaba sentada en el balcón de nuestras habitación; hacía mucho frío y te sentaste a mi lado con dos tazas de café, y nos quedamos ahí en pleno otoño, ambas en pijama mirando como amanecía neblado.
"Feliz cumpleaños a nosotras" me dijiste mientras me pasabas una taza de café sin azúcar.
Me desperté llorando y con un sentimiento agridulce en el pecho.