Lo bueno de tocar fondo, es que sólo tienes dos opciones luego de ello: puedes quedarte allí o puedes volver a subir.
Sí, sé que suena a esas imagenes con frases depresivas que circulan por facebook, pero es cierto. Cuando uno está bien (o como siempre) y comienza a sentirse mal, no sabe hasta qué tan bajo puede caer. No sabe cuánto durará ese dolor o donde es el límite. Sin embargo, cuando se siente vacío, sin razón alguna para vivir, despojado de todo y luego, nace en él una pequeña determinación para mejorar, es cuando sabe que se eleva. Lamentablemente, retrocederemos y estaremos en un sube y baja de emociones todo el tiempo que siga, a menos que recibamos ayuda. Pero no cualquier ayuda, una ayuda seria y comprometida, objetiva, profesional. Pero a veces son nuestros propios problemas los que nos impiden buscar de esa ayuda. Entonces nos sentimos acorralados, al menos yo me siento así. ¿Cómo contarle mi vida a alguien si temo lo que esa persona pueda pensar de mi? ¿Cómo acercarme y sincerarme si me asusta pensar que otros conozcan mis debilidades? No sé como seguir luego de eso. Pero si hay algo que sí se, es que no acabará con nuestras vidas el no hablarlo con alguien, siempre está la opción de olvidar y borrar. Seguiremos viviendo o sobreviviendo.