La tinta no muere, por eso escribo... porque es la vida un llano de olvido, apenas un efímero sueño lleno de añoranzas, de pérdidas y experiencias, de gozos y desavenencias...
La tinta no muere, por eso escribo... porque yo no soy eterno, porque la letra es para mí, una forma de trascender, de llegar a ti y a quien todavía no es, tal vez en un futuro...
La tinta no muere, ni la idea que un día inundó mi mente, pues la he plasmado en una hoja, que el "viento" de las causalidades llevará por el sendero que deba ir.
La tinta no muere... pero yo sí, día a día mientras vivo, mientras escribo a pluma y papel, poco a poco voy muriendo, de la misma forma que lo harás lentamente leyendo mis palabras, me regalarás tu aliento o algún suspiro quizá, que sacuda tu interior y ahí estaré, en esa bendita energía que te transmita con mis palabras, esté donde yo esté, viviré a través de ti que me lees. 
La tinta no muere, por eso te dejo aquí, plasmado en letras lo que hay dentro de mí, para que veas todo lo que nunca fui, lo que soñé, también mis miedos y deseos; te escribo para mostrarte el lugar donde moran mis demonios, ¡ah, mis demonios! a los que tanto amé... y mi santidad que nunca pude concebir, más allá de una atadura...
Hundido en estas letras, te dejo recuerdos que no viví, también vivencias que ya no recuerdo, pero que seguramente encontrarás, desmenuzando mis palabras...  ¡ven! sumérgete en mis desvaríos, en mis más profundos sentimientos; y quizás mientras lo hagas, encuentras algo que te refleje. ¡Bienvenido seas!