"Había peleado con grandes animales, había sufrido un sinfín de heridas e incluso se había enfrentado en varias ocasiones a Lord Voldemort, era cierto; sin embargo, nada le daba más miedo a Harry James Potter que Pansy Parkinson enfadada.
—¡Potter! —vociferó ella, dirigiendo una mirada letal (digna de basilisco) al chico. —¡¿Cómo te atreviste a llevar a James sobre tu escoba?! ¡Pudo caer y lastimarse!
Sí, Harry Potter, alias el niño que vivió, temblaba por dentro. Se sentía un infante regañado por ser impulsivo.
—Lo lamento, Pansy —dijo—; realmente no medí las consecuencias. Tienes razón, algo pudo pasarle; pero, por fortuna nada pasó. Prometo ser un padre más responsable, en serio.
Pansy suavizó la mirada. Estaba siendo dura, ¡pero era su preocupación de madre la que actuaba!"
Aquí, pensando en escenas de una historia que encontré.