Quiero a alguien con quien pueda salir a tomar una cerveza, hablar de la vida, coger, solo vivir y llegar a mi casa sin preocuparme de si seguiré siendo lo suficiente al día siguiente.
La envidia es la religión de los mediocres. Los reconforta, pasan por la vida sin dejar más huella que sus intentos de hacer menos a los demás y de excluir, y hacen lo posible por destruir a las personas por el simple hecho de existir y ser quienes son.
Ella no necesita que alguien más llegue con un pincel y quiera añadirle colores a su vida, ella ya es una obra de arte. Lo que ella necesita es que la aprecien exactamente por lo que es, y no por lo que otros quieren que sea.