¡Hola, hola! ¡Cuánto tiempo! Lo primero de todo es pediros DISCULPAS en mayúsculas por la ausencia y el abandono. Sé que no es agradable que una historia se quede a medias y probablemente a estas alturas ya no os interese el universo de RYU. Dejé esta historia en un cajón hace dos años porque así lo necesitaba mi corazón. En estos dos años han pasado muchísimas cosas, la más importante es que he dado a luz a mi obra maestra: mi precioso hijo. En el remolino de emociones y nuevas experiencias me he encontrado volviendo poco a poco a este universo fantasioso que empecé a construir en la tierna adolescencia. Noches en vela, largas tomas de lactancia mirando a la nada y muchos silencios que he llenado con la imaginación y las ganas de volver a ser. Quiero volver a escribir, quiero volver a todas y cada una de mis aficiones. Volver a ser la mujer que era antes de poner mi vida en pausa (por la mejor de las razones). Y volveré poquito a poco, a mi ritmo y sin pretensiones. Con más ganas que nunca de DISFRUTARLO. De hacerlo por y para mí. Y de compartirlo, una vez esté terminado, con un ritmo decente para respetaros como lectores y lectoras. Os debo muchas risas, muchas lágrimas, mucha complicidad y muchos momentos bonitos que me abrazan con nostalgia y mucho cariño. Porque en esta historia (imperfecta y alocada) encuentro mucho amor: el que le ha dado a los personajes, a todo el universo, y el que he recibido de cada una de las personas que me han leído en algún momento. Gracias. Significáis muchísimo, os debo muchísimo. Os iré actualizando por aquí y por RRSS (probablemente por Twitter porque tengo a la familia por Instagram y si leyesen mis capítulos cochinos me moriría de vergüenza) y lo primero será actualizar las portadas y publicar, poquito a poco y con mimo (es decir, ¡ilustraciones!) los capítulos extra que ahora sólo están al alcance de mis suscriptores de Patreon. Sí, también serán vuestros. Gratis. ¡Qué menos! Nos iremos leyendo, ¿vale? Un fuertísimo abrazo.