<< - No, no podemos irnos. Aquí tenemos una casa, amigos, familia... Una vida.
- No, cariño, nuestra vida está dónde estemos nosotros. >>
Reconozco. Un día dudé. Tanto, que eso me mantuvo por el mismo camino siempre. Una parte de mi quería huir. Necesitaba salir. Cambiar. Otra se conformaba en la facilidad de lo "ya conocido". Como la mayoría.
Hasta ahora. Ya no puedo más. Ni quiero. Hoy tengo ganas de empezar a dibujar mundos. Conquistar universos. Cambiar. Andar, volver, pararme para volver a andar. Y hasta la meta. Hasta lo que me haga soñar. Volar. Bailar con el demonio a la luna llena. Aullar sollozos de un amor incomprendido.
Libre... Libre para dibujar horizontes. Que el fin del mundo... Solo sea mi PRINCIPIO. Aquél en el que por fin, me he encontrado. Y soy YO.
© Oana Frumuzache