pues, simplemente con tu existencia me haces muy feliz /sonrió.
debo admitir que a veces me gusta que me cuides… uhm, cuando cocinas para mi, cuando me pones apodos tiernos o cuando a cada segundo me recuerdas lo “lindo” que soy /rió levemente.
/ esperó pacientemente a que el contrario abriera el regalo, hasta que finalmente un pequeño anillo de ranita blanco se dejó ver.
espero que te guste, ahm, yo tengo uno verde, si quieres podemos cambiarlos / dijo mostrándole su dedo índice, donde llevaba puesto el anillo.
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