Somos Laia y R (le da palo escribir su nombre). Tenemos 13 años. Vivimos en Narnia. Nacimos en el País de Nunca Jamás; el Capitán Garfio es nuestro mejor amigo. Somos originales, no raras (naah, somos raras). Somos aliens (en la foto de perfil se puede apreciar perfectamente), aliens felinos muy adorables. Sabes que eres un alien cuando nunca has cogido un brick de tomate frito de la marca Hacendado (Mercadona, el Mercadona...), te has dado cuenta de que estaba casi vacío, has empezado a agitarlo como si no hubiera un mañana y has ensuciado toda la cocina. A nosotras nos ha pasado, pero aún así somos aliens; lo que pasa es que experimentamos los costumbres humanos. Nuestras mascotas son: una fresiposa llamada Fresiposa, un pato de nombre Pato Ian (padece de rabia y es un ser oscuro), un pájaro raro (Uuh?) que se llama Patopollo y un papel con complejo de bandeja que no tiene nombre (daba palo ponérselo; pobrecillo, però bueno). Ahora que sabes algo de nuestras vidas tendremos que apuñalarte el tòrax, cortarte los pulmones en rodajas como si fueran pan descongelado, que queda hueco por dentro, apagarte los cigarrillos de mamá en el cuello, clavarte las agujas de ganchillo de la abuela en los ojos y sorberte el cerebro con pajitas de zumo de melocotón del Mercadona, el Mercadona... Es información confidencial, enteiéndelo, a veces hace falta una pequeña tortura para borrar ciertas palabras de algunas mentes inocentes. No somos malvades (creemos), ni psícópatas (creemos). Quizás sí algo... Sádicas. Seee, sádicas. Nada de esto a Santa Clavos, ¿de acuerdo?, ni una palabra. Santa Clavos, el tipo que nunca nos trajo la bicicleta (9>_<)9. Ah, porcierto, vamos a darte un consejo: no es buena idea llenar el suelo de la habitación con chinchetas boca arriba y saltar encima descalzo como si no hubiera un mañana. Es tentador, lo sabemos perfectamente, pero créenos, y hablamos por experiencia, no es para nada una buena idea.