“Algunas aves no nacen para estar encerradas, eso es todo.
Sus plumas son muy brillantes y sus canciones muy dulces y salvajes.
Así que las dejas ir, o cuando abres su jaula para alimentarlas,
de alguna forma se escapan y vuelan.
Y la parte de ti que sabe que está mal tenerlas prisioneras se alegra,
pero aún así, el lugar donde vives se siente vacío luego de su partida”
-Stephen King.