Comprendí aquella mañana mientras que el gélido viento congelaba mis mejillas y me esmeraba en no parpadear, no valla a ser que al cerrar mis ojos las lágrimas no puedan contenerse...quise endurecer mi semblante y gritar para mis adentros que nada de esto me hará llorar, no estoy triste repetí, si yo sabia bien que todo lo acontecido contigo sólo era una ilusión pasajera... No había futuro en algo que inicia mal, y no me acababa de creer que estuviéramos destinados a encontrarnos en cierto momento exacto de nuestras vidas en el que un cruce de miradas bastaría para sanar nuestras pasadas heridas y fundir nuestras almas a un amor eterno; Fantasías!, sólo era eso y yo lo sabía... Ya lo había que en algún momento desaparecería de la misma forma repentina en la que entró en mi vida. ¿Entonces?, ¿por qué llorar?; si desde un comienzo supe al instante que esto tendría que pasar.
No puedes sanar mis heridas, no puedes cambiarme la vida y después marcharte Hundiéndome en el vacío que deja la soledad, esa que creí que nunca volvería mientras tú formaras parte de mi vida.
Prometiste cosas que no estabas dispuesto a cumplir...y ahora sólo me queda odiarte.
Sólo así podre seguir, solo así dejare de lamentarme por Extrañarte, por amarte... Aún sabiendo que todo era una simple fantasía no pretendias quedarte,