Sentado en la banca del parque. Draco miró a los cuatro niños jugar, escuchando sus risas se relajó, sacando un libro esperando la llegada del moreno.
El sonido de pasos corriendo lo alertó, levantando la mirada se encontró al moreno, quien corria hasta llegar a él.
— Lamento la tardanza — murmuro transpirando, intentando encontrar aire.
— ¿Viniste corriendo hasta acá? — preguntó sorprendido — ¿Por qué no te apareciste?
— Lo olvide — murmuro dejandose caer en la banca al lado del rubio con un suspiro.
— ¿Qué tal el trabajo? — preguntó, sacando un pañuelo de su bolsillo y limpiando el sudor del rostro del moreno.
— Horrible — bufó cerrando los ojos — No se cuantos pergaminos he escrito, pero mi mano me esta matando.
— ¿Por qué no se lo dejas a alguien más? — preguntó limpiando el pañuelo con fregotego y con otro movimiento de varita lo enfrió — toma, aliviará un poco el dolor.
— Eres el mejor — murmuro agarrando el pañuelo, suspirando por la agradable sensación sin darse cuenta del rostro sonrojado del rubio.
¡Al fin he vuelto!
Lamento la pequeña ausencia que tuve, pero ahora sí volveré a actualizar mis historias y vendré que nuevas.
Como disculpa por mi tardanza, les traigo este oneshot como especial de San Valentín.
