¡HOLA! Aparezco otra vez, aunque esta vez no con las mejores noticias.
Como algunos ya saben, hace unos meses estuve contando que me estaba preparando para ir a la CDMX. La razón de todo esto es que soy miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (muchas veces mal conocidos como los famosos “mormones”). Tal vez alguna vez en su vida se habrán cruzado con jóvenes de entre 18 y 27 años caminando por sus ciudades, pueblos o colonias, usando corbata y traje en el caso de los hombres, o vestidos, faldas o pantalones en el caso de las mujeres. Todos llevamos un distintivo en el pecho: una pequeña placa negra que dice “Élder” o “Hermana” seguido de nuestro apellido.
¿A qué viene todo esto? Bueno, estos últimos meses estuve preparándome para salir a lo que se conoce como una misión de proselitismo. En ella, los jóvenes que lo desean dedican entre 18 y 24 meses de su vida a servir y predicar el evangelio en alguna parte del mundo, presentándonos como misioneros de la Iglesia de Jesucristo. En mi caso, tuve la bendición y el privilegio de recibir mi asignación para servir en Ciudad de México durante los próximos 18 meses.
Eso significa que durante todo ese tiempo no podré usar redes sociales ni actualizar nada. Solamente tendré contacto con mi familia una vez a la semana por videollamada y, sinceramente, no tendré acceso a mi celular. Así que, lamentablemente, no voy a poder actualizar ninguno de mis fanfics ni estar activa en ig u otras plataformas. Les pido disculpas por ello.
La verdad es que estos últimos meses fueron una montaña rusa: pasar por momentos en los que pensé que no lograría salir a la misión, todos los trámites, entrevistas, y, sobre todo, los nervios y la emoción de empezar un capítulo tan grande en mi vida. Quizás para muchos esto no tenga sentido o sea difícil de entender, y no los culpo; no espero que todos lo comprendan. Pero quería compartir con ustedes la razón por la que voy a estar completamente ausente hasta el año 2027.
