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Hyejoo se quedó helada. El hielo se vertió en sus venas, congelando cada capilar, arteria y onza de sangre líquida en su cuerpo. Se sentía como un helado, congelada.

"¿Q-qué?" preguntó.

"¿Mi hermana", dijo Yerim lentamente, "sabe que estás enamorada de ella?"

La pelinegra se obligó a burlarse. "¿Perdona?"

"¿Necesitas que lo repita por tercera vez?"

"Te escuché", espetó, sonando más ruda de lo que pretendía. "Simplemente no sé por qué asumirías eso".

"Hyejoo", dijo Yerim arrastrando las palabras, sacando una silla y sentándose en ella, "No estoy segura de que lo sepas, pero no soy tonta. He visto mucho, y presto atención. Una de las cosas a las que he estado prestando atención con frecuencia es la forma en que miras a mi querida hermana".

Hyejoo farfulló. ¿Lo vieron todos excepto la propia Chaewon? "No estoy enamorada de Chaewon".

"Sigue negándolo", cantó Yerim en voz baja.

Hyejoo entrecerró los ojos. Empezaba a irritarse un poco. "Creo que sabría si estuviera enamorada de una chica", mintió.

"Lo sabes, por eso te estás poniendo nerviosa".

"Suenas como una jodida terapeuta," murmuró en voz baja, antes de levantar la voz para que ella pudiera escuchar. "No estoy enamorada de ella, solo somos amigas. Solo seremos amigas". Dijo la última parte con un matiz de tristeza. "Créeme cuando digo eso".

Yerim abrió la boca para decir algo más, pero Hyejoo pasó junto a ella, se llevó su teléfono y salió de la habitación, respirando profundamente después de cerrar la puerta. Tenía los ojos cerrados con fuerza.

"¿Hye?" Preguntó Chaewon, tropezando hacia el pasillo. "¿Has visto a Yerim- hey, estás bien?"

Los ojos de la menor se abrieron de golpe y sonrió lacónicamente. "Sí. Bien. Escucha, de hecho recibí una llamada de mis padres. Me quieren en casa".

La peliazul apretó los labios con fuerza. Claramente podía ver que Hyejoo estaba mintiendo. "Oh. Está bien. Bueno... ve con cuidado."

***

Hyejoo pensaba que se estaba enfermando, lo que no le gustó ni un poco.

A nadie le gusta estar enfermo, pensó la menor, no importa cuántos días falte a la escuela, Hyejoo lo despreciaba. No le gustaba tener que andar de puntillas por la vida para no empeorar, tener que perder oportunidades, sentirse como la muerte, estar atrapada en la cama y tener que hacer todos los deberes que le faltaban. Iba a ir a la escuela, aunque se sintiera mal, pero su madre casi la obligó a quedarse en casa, lo cual era raro porque ella siempre le había dicho que "aguantara" cuando era niña.

Hyejoo tragó, sintiendo un escozor en la garganta. Tosió y sollozó; descubrió que solo podía respirar por una fosa nasal. El mareo golpeó su cabeza y la chica parpadeó, tratando de enfocar su visión.

La pelinegra abrió su mesita de noche y sacó el estuche de sus gafas. Realmente no necesitaba anteojos, su visión estaba apenas por debajo de 20/20, pero justo ahora su visión seguía difuminándose en una gran mancha, por lo que esperaba que eso ayudara. Se puso las gafas y se pasó la mano por el pelo, sintiendo que sus dedos se enredaban. La chica dejó escapar una serie de toses que reverberaron en su pecho y se recostó contra la cabecera cerrando los ojos.

Sentía que el cansancio se filtraba por sus huesos, se le escapaba de la boca en respiraciones superficiales y se mezclaba con el aire helado. Acercó las sábanas a su pecho. ¿Estaba helando o era solo ella? Sus ojos estaban comenzando a cerrarse por el agotamiento. Mientras el escozor en la parte posterior de su garganta aumentaba, Hyejoo no tenía energía para bajar las escaleras y tomar la medicina.

One & Only - HYEWONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora