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Era de mañana, una muy atareada a decir verdad ya que tanto Jung Hoseok como Min YoonGi iban de aquí para allá en la gran (enorme) casa (mansión) que compartían juntos.

Era veinticuatro de diciembre y junto a los chicos habían quedado en tener una cena familiar en la vivienda de los primeros mencionados.

YoonGi estaba en la cocina, tenía una pequeña lista en mano y un lapicero en la otra mientras leía lo que ahí estaba escrito.

— Mmm... Creo que eso es todo... — murmuró para sí mismo mientras seguía repasando; entonces su Alfa apareció, con su típica y encantadora sonrisa de corazón.

— Yoonie, mi amor, ¿ya está? — preguntó, mientras se colocaba a un lado del Omega y miraba de igual forma la lista.

El pálido dio un asentimiento y seguido le extendió el papel al de piel levemente bronceada — Sí, necesito que consigas todo esto.

— ¿También anotaste los regalos? — el menor asintió — bien, entonces ya me voy o no encontraré nada. Nos vemos en un rato cariño.

— Cuídate. — dijo el Omega, dejando un último beso sobre los labios del mayor y seguido viendo como este se iba hacia la puerta — ¡y no olvides nada Jung Hoseok, que te haré regresar!

— No olvidaré nada Omega; confía en eso.

YoonGi se cruzó de brazos y la puerta fue cerrada.

'Eso dijo para la cena de la última vez. Al final se olvidó de traer el pollo.' — comentó con diversión el lobito a su humano — 'justo la comida principal se le olvidó.'

YoonGi sonrió de lado, conocía muy bien a ese Alfa cabeza hueca. Pero solo esperaba que por ese día ya no se olvidara nada.

Sin más, el Omega se dispuso a hacer otras cosas que ya había planeado desde semanas atrás. Debía ser todo perfecto.

Habían pasado ya regulares horas, bueno, ni tantas, tal vez unas dos; casi tres

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Habían pasado ya regulares horas, bueno, ni tantas, tal vez unas dos; casi tres.

YoonGi estaba ordenando los muebles, limpiándolos y sacándoles todo el polvo que hubiera. Y, ¿por qué ellos hacían eso si tenían mucamas y empleados? pues fácil, les habían dado ese día y el siguiente libre para que pudieran todos disfrutar de tiempo en familia. Además, no era como si encargarte de tu casa fuera cosa del otro mundo.

Min pasaba el plumero por todas partes, también barría y trapeaba el suelo, dejando este en todo su esplendor. Simplemente impecable.

Pero ya debía comenzar con lo otro, y Hoseok nada de regresar.

El menor soltó un suspiro, pero antes de poder hacer algo más, la puerta principal fue abierta y así dejando ver a un Alfa con muchas bolsas cubriéndole los brazos y manos.

— Perdona la demora cariño, es que habían cosas que... No habían. — explicó, mientras llevaba todo a la cocina, y era seguido por el Omega.

— Pero si todo lo que puse hay en todos lados. — reprochó, mientras tomaba las bolsas e iba viendo y sacando lo que contenía.

— Sí, pero es que yo preguntaba pero no sabían qué era

YoonGi movió su mano, restándole importancia al asunto — Ya, está bien. Ahora necesito que vayas y envuelvas todos los regalos; en cambio yo comenzaré a preparar las cosas aquí. El cerdo debe reposar cinco horas. — explicaba mientras colocaba todo sobre la mesa.

Jung dio un asentimiento y tomó las bolsas con los regalos y así de manera rápida se dirigió a la habitación que compartía con su pareja.

Dejó todo sobre la cama y se dirigió a unos estantes dentro de la habitación de donde sacó unas hojas de papel para regalos y así se sentó sobre la cama, donde comenzó a envolver los regalos.

Estaba tan concentrado, doblando y colocando moñitos que combinaran de manera perfecta con los colores de los papeles que irían envolviendo los regalos.

Mínimo tenían como diez regalos para dar; era algo emocionante.

Los demás recién irían a la casa de estos como a las diez de la noche, por ahí, así que aún tenían regular tiempo.

Rato después, ya estaban listos los regalos, así que Jung bajó con todos estos, dirigiéndose a la sala, donde se encontraba el para nada pequeño arbolito, así que bajo este, acomodó lo obsequios.

Sorpresa de navidad. (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora