Sorpresa de navidad. (completa)

IV

Y así se había pasado esa gran parte de la noche. Entre risas, intercambios de palabras, dando y recibiendo regalos. Simplemente las navidades eran las mejores.

Pero esa se volvió sin duda aún mejor para ese par de enamorados.

En esos momentos eran las tres de la mañana y todos tenían una habitación asignada para dormir, ya que por las altas horas se iban a quedar.

— Descansen. — NamJoon mientras llevaba a su hijo mayor en sus brazos, JungKook había caído rendido completamente hace un par de horas atrás.

— Hasta mañana chicos — se despidió SeokJin mientras también en sus brazos llevaba a uno de sus hijos. El menor.

YoonGi y Hoseok asintieron — Descansen. — dijeron a la vez mientras veían como los contrarios se iban hacia la respectiva habitación que compartirían.

Entonces JiMin y TaeHyung aparecieron, tenían sonrisas cansadas adornando sus rostros, sus dos pequeños en brazos, los cuales también estaban bien dormiditos — Nos vemos mañana, descansen. — comentó el mayor, por lo que JiMin dio un leve asentimiento.

— Hasta mañana chicos.

Los contrarios sonrieron y asintieron, y así viendo otra vez como cuatro personas se iban a sus respectiva habitaciones.

Ahora quedaban Hoseok y YoonGi, ambos teniendo a sus bebés en brazos.

El Omega soltó un bostezo y sacudió un poco su cabeza para no dormirse ahí mismo — Llévate a los niños a dormir, ¿sí Hobi? por favor. — dijo, por lo que su Alfa dio un asentimiento, tomando entre sus brazos también el cuerpo de su menor hijo.

— Ve acomodándote, ya voy yo. — dijo despacio el Alfa, mientras dejaba un suave beso sobre la frente de su Omega y seguido se iba para las habitaciones de los niños, para poder dejarles dormir.

El Omega asintió, así que Hoseok se dispuso a irse.

Jung se encaminaba a paso lento y pesado, llevando los dos cuerpos de su hijos sobre sus hombros, ambos bien dormiditos.

Este sonreía, con solo recordar lo que había sucedido horas atrás su corazón se llenaba de goce y su pecho se inflaba en orgullo,

Al fin le había pedido la mano a su Omega, al fin podrían casarse y ser legalmente los Jung. Le gustaba como sonaba eso.

Sonrió en grande, y seguido recostó al pequeño mayor sobre cama. Dejó un suave beso sobre la frente de este, y así se levantó para dejar al segundo en su respectiva habitación también.

Ahora le tocaba cambiar a los niños.

Se dispuso a sacar la pijama del Omega, así que se sentó a un lado de este y sin más se dispuso a desnudar al menor.

Luego de varios minutos había terminado, así que acomodó al pequeño en su cama, arropándolo y besando la mejilla de este. Acarició sus cabellos y seguido se puso de pie, caminando hacia la puerta, donde apagó la luz y sin más salió.

Regresó nuevamente a la habitación de su hijo mayor e ingresó.

Debía cambiar a ese pequeño también.

Sonrió y se dispuso a realizar dicho accionar.

Una vez ya todo listo, se estiró un poco.

Apagó la luz de la habitación de su hijo y salió de ahí.

Se encaminó a su habitación con su Omega, entonces tomó la manija de la puerta y la abrió, pero quedó estático unos segundos.

Tragó duro, mirando lo que ahí estaba.

El bello Omega estaba en medio de la cama, rodeado por pétalos de rosas rojas y tenía puesto una lencería del mismo color, muy reveladora.

En sus piernas se podía apreciar unas medias largas transparentosas. Del borde de estas salían dos tiras, las cuales se unían con la pequeña ropa interior que el menor llevaba puesto.

La dicha trusa traía un pequeño moñito en la parte delantera, era un moñito verde.

Más arriba podía notar como la delgada cintura era envuelta por una algo grande cinta de color rojo con rayas diagonales blancas.

Él era todo un regalito algo envuelto por la bata estilo Santa Claus que traía cubriendo todo su atrás.

Subiendo más, había una pequeña especie de bracier de tela pomposa, la cual cubría los pequeños pechos de Omega macho que poseía el menor.