CONTARÉ LA HISTORIA COMPLETA.
Luz, agua, comida y flores.
Cada día era similar al anterior, desde que estaba postrado en aquella cama la rutina de la mañana había sido la misma, la luz atravesando la ventana y llegando hasta mis ojos, obligándome a abrirlos de inmediato, durante las primeras semanas siempre me despertaba gritando debido a la apariencia de mi anfitrión, al final solo me sobresaltaba sin llevar a cabo algún sonido, él no lo podía expresar, pero creo que se sentía mal por mi reacción cada vez que me llevaba el desayuno, por ello comencé a acostumbrarme.
Recuerdo vagamente cómo había llegado al viejo castillo escondido entre el bosque, estaba huyendo de unas personas que llevaban horas persiguiéndome, no recuerdo los eventos que me llevaron a correr por mi vida durante esa noche y en un lugar desconocido para mí. Cada paso comenzaba a ser un pequeño milagro, mis piernas no podían cargar más con mi determinación para huir de esas personas, solo me detuve al tener frente a mí un barranco, el paisaje estaba marcado por el sonido intenso de un río y por las luces de linterna que se posaban sobre mí, me habían alcanzado—¡Deténgase o disparamos! Tenemos ordenes de traerlo con o sin vida—sus amenazas cobraban seriedad gracias al sonido de las armas de sus compañeros, todas preparadas para disparar, durante un tiempo no comprendía por qué el tirarme a la oscuridad del barranco era la mejor alternativa, pero tomé esa decisión, mis ojos se cubrieron de un negro paisaje y mis oídos se ensordecieron por todos los disparos que acompañaron mi caída.
Quizás pasaron un par de horas, no sentí el tiempo que estuve desmayado siendo arrastrado por la intensa corriente del río en el que caí, era un milagro estar vivo, aunque no me sintiera como tal, los múltiples golpes que me hice eran los causantes de ello, creo que por la caída perdí una cantidad importante de recuerdos, en un principio mi nombre era también parte de los enigmas de mi cabeza cuyas respuestas también perdí. A las orillas del río había muchas flores, como si marcaran un camino, la verdad era el único rumbo que me parecía lógico de tomar dada mi situación. Dejé que la corriente me llevara hasta que el camino de flores se detuvo en la cercanía de un castillo que parecía bastante viejo gracias a su aspecto exterior, salí del río con bastante dificultad, me di cuenta de que tenía el tobillo derecho fracturado, apenas podía apoyar un poco el pie para caminar con mayor facilidad, la herida era bastante molesta. Para mi suerte el castillo tenía una puerta que daba justo con el río así que no tuve que caminar de más, golpee la puerta para pedir ayuda y esta cedió sin mucho esfuerzo, seguí llamando a quien habitara el lugar antes de pasar, mis intenciones no eran pedir permiso, si no ayuda para avanzar por mi estado actual.
Recargado en las húmedas paredes avanzaba guiado por la luz de algunas antorchas encendidas «Alguien vive aquí, estoy seguro» pensé. Me encontré en un dilema al tener frente a mí unas escaleras que llevaban hacia la parte superior o inferior, no me podía dar el lujo de equivocarme en mi elección así que me detuve a pensar por un momento, mi fe guiaba mi decisión hasta que un ruido proveniente de pisos más arriba me hizo seguir en esa dirección. Había múltiples escalones que no parecían llegar a un piso en específico, como si el resto del castillo fuera solamente escalones, hubo algunas ocasiones en las que casi me caigo por el enorme vacío formado por el centro de la escalera de caracol. Llegué hasta una puerta por la que entré, era un sitio oscuro a pesar de tener varias antorchas encendidas, estaba habitada únicamente por muebles viejos de madera con kilos de polvo cubriéndolos y una clase de bolsa o saco que parecía cubrir algo de gran altura, avancé hasta encontrarme con una mesa en la que descansaba una rosa cubierta por una cúpula de cristal. «Curioso, me recuerda a una película animada» me dispuse a quitar la cúpula para verla más de cerca y un sonido atrás de mí me detuvo. Varios muebles comenzaron a caerse por el movimiento de la bolsa aquella, de repente la misma comenzó a avanzar hasta mí y del miedo caí al suelo, viendo cómo se acercaba rápidamente, pero yo no era su objetivo, al poderlo ver más de cerca adquirió forma humana o mi mente así lo vio, con lo que parecían unas manos con dedos largos y delgados se aseguró de que la cúpula estuviera bien colocada, entonces se giró para verme y emitió un grito que me hizo desmayar.
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El esclavo y la rosa
Fiksi UmumUn hombre herido y sin recuerdos obtiene como anfitrión de un viejo castillo a una extraña criatura que protege a una rosa que descansa en una cúpula de cristal. Historia corta y autoconclusiva.