Me levante temprano para ir a la escuela, me vestí, y fui al baño a lavarme la cara, papá y mamá estaban abajo sentados en el comedor desayunando para ir a trabajar, baje las escaleras y me dirigí a tomar un vaso de jugo a la cocina, ya que prefería desayunar en el instituto. Tome mi mochila y fui a despedirme de mis padres.
— Adiós, ¡ya me voy! – grité hacia el comedor.
— Anne, ¿no desayunaras?
— No mamá, tomare algo en la escuela – le expliqué
— Mmm… Está bien cariño, ve con cuidado
— Si mamá, ¡adiós! Los veo al rato – me despedí y les di un beso a cada uno en su mejilla.
— ¡Adiós nena! – respondió papá
Salí de mi casa, fui caminando hacia la casa de Lerroy, mi mejor amigo, que estaba a aproximadamente tres o cuatro casas de distancia; entre nuestras casas había unas pequeñas casitas antiguas y deshabitadas, y un terreno baldío. Cuando llegue a su hogar, toque la puerta, y a los pocos minutos salió su mamá.
— Hola Anne, buenos días, ¿cómo estás?
— Muy bien señora. Disculpe, ¿ya estará listo Lerroy? – La señora Stward volteó hacia adentro y llamó a su hijo-
— ¡¿Lerroy?! Te busca Anne – escuché como se cerraba una puerta en el interior
— ¡Oh! ¡Ya voy mamá ahora bajo! – gritó Lerry desde adentro.
No paso mucho tiempo antes de que llegara Lerroy, vestía unos pantalones color beige y una playera de manga larga color azul marino, su cabello un poco alborotado, esta mañana lucia muy bien.
— Hola fea – me dio un beso en la mejilla – ¿Nos vamos? – me preguntó sonriente.
— Vámonos – me volví hacia su mamá – hasta luego señora.
— Hasta luego Anne, cuídense
Nos alejamos de la puerta, y pude notar que alguien se mudaba enfrente del lote baldío que separaba mi casa de la de Lerroy, hacía mucho que nadie vivía en esa casa. Era una casa color marrón con detalles en beige, era estilo colonial, muy elegante.
— ¿Quién se muda? – le pregunté a mi mejor amigo, señalando la casa.
— No lo se, mi madre aún no ha ido a darles la bienvenida, supongo que esperará a que se terminen de instalar – se encogió de hombros.
— Ya pronto lo sabremos, espero que quién se muda tenga una hija y sea buena onda, porque ya necesito juntarme más con niñas – alcé los ojos – porque eso de juntarme con un niño todas las tardes me está haciendo medio hombre también – me reí y codee a Lerroy, él solo puso los ojos en blanco.
— Tonta – me dijo y me empujo.
Después seguimos platicando sobre el fin de semana, de lo que habíamos hecho, los nuevos libros que leímos y la nueva música que descubrimos en estos días. Unos cuantos minutos llegamos a la escuela, y fuimos directamente a nuestro salón, a la primera hora nos tocaba biología, a decir verdad esta clase no era del todo de mi agrado y mucho menos cuando me tocaba a primer hora de la mañana. Entramos al aula y yo me dirigí a mi mesa de trabajo, era para dos personas pero yo estaba sola por que mi antigua compañera se fue a Europa a un curso que se ganó y Lerroy se sentaba con una muy buena amiga nuestra llamada Rosy Blair; a ellos por asares del destino siempre les tocaba juntos en todo cuando a los maestros se les ocurría hacer sorteos de compañeros de trabajo. A veces era cómodo estar sola en el pupitre, pero en otras tenía ganas de hablar con alguien.
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Javad & Anne
Ficção AdolescenteLa vida, sueño que comienza y termina tan rápido, en la cual te enamoras, ríes, lloras, aprendes, educas, pasas momentos buenos, momentos difíciles... Las personas muchas de las veces no sabemos valorar lo hermoso de cada instante, lo exquisito de c...