Sentía el cuerpo totalmente adolorido y cansado, como si me hubieran arrojando un edificio entero en la cara. Intenté abrir un poco los ojos, solo para volverlos a cerrar al recibir de golpe la luz del día. Tras un varios intentos, logre acostumbrarme a su brillo hiriente, que me permitió recibir la absoluta devastación que dejó la guerra.
Caminaba con mucho esfuerzo, realmente me dolía todo el maldito cuerpo, no había una sola célula que no me doliera y gritara de dolor. Con esfuerzo lograba apenas dar un paso a la vez, apoyando el peso de mi cuerpo en los hombros de una gentil alma que se digno en ayudar... Espera... ¿Por que estoy caminando? En realidad... ¿Cómo acabé así?
Por fin entendiendo lo extraño de mi situación y la falta de secuencia en mis recuerdos, levanto la vista para observar mucho mejor mi entorno, es decir ¿Cómo podrías explicar que haya que me encuentre aquí, en la Tierra, si he muerto tras salvarla de ser aplastada por Júpiter? Comprobando que me encontraba verdaderamente en un páramo desierto sin una pizca de vida y no en sueño, intento reconocer las distorsionadas siluetas humanas que me rodean para entender lo que sucede, pero solo tropiezo con mis pies en el acto.
Demonios, estoy a un paso o dos de perder la conciencia y caer de lleno al suelo si no fuera por la persona que me sostiene. Voltee a arriba para poder ver quien me estaba cargando y agradecerle por ello. Aún con el Sol detrás de él, podía reconocer esa figura a donde quiera que vaya, puede que le falte un brazo, pero eso no le impedía sostenerme con firmeza y cariño, cuidando que no me cayera con algún escombro mientras lo hacía.
¡El abuelo está bien! ¡¡ESTÁ VIVO!! No puede creer que esto sea real, por favor que no sea un sueño, porque si lo es, en verdad no quiero despertar jamas. Jajaja JAJAJAJA, no puedo con esto ¡¡ESTOY MU FELIZ!! ¡¡WOOOOW!! Todo este sufrimiento, todo este dolor, mi muerte valió la pena - Tú realmente... realmente no irás a ningún lado ¿Verdad? - las palabras salieron de mi boca sin mi consentimiento, pero no me importa, estoy tan contento en este instante que eso realmente no me interesa. Ahora podremos finalmente vivir en paz con Daewi, Mira y todos los demás junto al original.
Hablando del origi... No, de Jin Mori, ya es hora que pongamos las cosas en claro, que nos tratemos como entidades independientes la una a la otra de una vez por todas. Aunque no creo que haya problemas con eso, conociéndolo, es muy probable que haya logrado ganarme su respeto y aceptación. Tal vez pierda mi conciencia cuando finalmente estemos frente a frente, o suceda algo que nos cause muchos problemas e inconvenientes, pero los superaremos entre todos, juntos... Con nuestros amigos - Es cierto. De verdad, ya no iré a ningún lado - y con nuestro abuelo.
Pero ese lindo pensamiento no duro mucho, fue cruelmente destruido en un instante, con un terrible acto de traición. Mi abuelo sonreía, sonreía de la manera más brillante que pudo haber mostrado en toda su vida. Sonreía a pesar de que tenía una mano atravesando su pecho, como si todo estuviera bien, como si no tuviera una herida mortal de la cual no sobreviviría.
Mi cabeza iba a toda velocidad procesando lo sucedido, intentando entender lo sucedido, que fuera todo una mentira ¿Qué podría... ¿Quién podrí... - Ya he dicho mis agradecimientos - El culpable de ello sonaba satisfecho, casi contento de lo que hizo, volteo a ver su rostro... Y no lo creo ¿Por qué? - Está es mi venganza por mi derrota hace diecisiete años - ¿Por qué? Luchamos juntos, sufrimos juntos, ganamos juntos; teníamos un mismo objetivo y aún así se atrevió a hacerlo - Ahora voy a acabar con el último "dios" que queda en la faz de la Tierra - Mi visión se llenó de rojo, mis pensamientos solo fueron maldiciones hacía ese maldito humano, ese hijo de perra se metió con la persona equivocada ¡VOY A MOSTRARTE EL INFIERNO! - Para siempre - ¡¡MUBONG PARK!!
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Imoogi: El ascenso de Hui Mori.
FanfictionTodos conocen el viaje al oeste de Sun Wukong el rey mono, o sus aventuras Miles de años después como Jin Mori. Pero no hablaremos de ellos, sino de la persona más real que ha podido cautivar nuestros corazones con su firme determinación: Hui Mori. ...