❝Cookies, looks and something else❞

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— Debes estar bromeando

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— Debes estar bromeando.

Mina se lleva la mano a la frente cuando su madre le cuenta la noticia durante su salida de día domingo.

— No, yo misma leí tu nombre en la lista.

— Esto no puede ser real.

La mujer se ríe ante el dramatismo de su hija, aún no entiende a quien ha salido tan gruñona, una completa anti fan de todo lo que lleve la palabra «navideño» por delante o detrás. Siempre fue así, desde pequeña, Mina nunca disfrutó dicha festividad, generalmente luego de abrir sus regalos por insistencia de los familiares, se iba a dormir sin siquiera desear una buena noche a todos.

Pero muy al contrario de su disgusto, sus padres y en especial hermana menor, tienen cierto gusto particular por la fecha, algo que a veces asquea un poco a la hija mayor de los Myoui. Se siente asfixiada al llegar a la casa llena de adornos relucientes con un Santa enorme en el jardín delantero. El olor a dulces y pavo no son mucho de su agrado, y aún menos lo son esos ridículos suéteres que su padre les obliga a usar por una costumbre estadounidense que lleva en la sangre.

Ser el pequeño Grinch de la familia, entre fanáticos locos de la Navidad, no es nada fácil.

Y ahora mismo, Mina cree que no puede odiar más la fecha cuando su madre, la hermosa mujer que adora con toda su vida, decide arruinar su salida con la noticia de que Hyeju, su hermanita de diez años la inscribió como voluntaria en la feria navideña de recaudación de fondos para la escuela primaria.

— Mamá, por favor, no me hagas hacer esto. ¿No puedes ir tú? No lo sé, inventa que tengo algún resfriado contagioso o algo así.

— Cariño, sabes que encantada cubriría tu puesto, pero tengo un turno de ocho horas en el trabajo y además ya viste lo ilusionada que está Hye con que vayas, eres su hermana mayor, ella te admira mucho Mina, quiere presentarte a sus compañeritos.

La japonesa suelta un bufido, las palabras ciertamente la tocan, ella no puede imaginarse el lindo rostro de su hermanita cubierto de lágrimas por culpa suya.

— Pero siquiera sé hacer galletas.

La señora Myoui se ríe.

— Pues tienes mi recetario en casa, solo sigue los pasos. Ánimos.

Levanta los puños de manera adorable, la azabache solo le mira y sonríe. Pero por dentro, sabe que está perdida.

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❝𝑺𝑾𝑬𝑬𝑻 𝑪𝑯𝑹𝑰𝑺𝑻𝑴𝑨𝑺 𝑫𝑰𝑺𝑨𝑺𝑻𝑬𝑹 ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora