Tensión y sorpresa.

1 1 0
                                    

Las cosas que se dijeron Germán y Bernardo ese día, crearon una atmósfera de tensión que ahogaba. Pero no se podía hacer nada. Solo dejarlos que resuelvan entre ellos lo que sea que les haya pasado. No dijeron nada más. Pero el trato que tenían con el otro ya no era el mismo. Aunque eso no afectó para nada el resto de las vacaciones. Y pudieron disfrutar, jugar, reír, charlar y emborracharse como cualquier otro día normal en la vida de un joven de su edad. Pasaron unas semanas de diversión entre amigos. Sin mayores problemas. Solo cuatro muchachos jóvenes, disfrutando de sus últimos días tranquilos antes de mudarse a la ciudad y empezar la facultad.

(Ul) - Chicos, yo sé que no tengo que meterme en los problemas que puedan llegar a tener, pero mañana ya tenemos que volver a casa, y ustedes dos llevan semanas casi sin hablarse. ¿Podrían por lo menos tratar de no mirarse como si quisieran ahorcar al otro?

(Ga) - No quisimos decir nada antes porque pensamos que iban a poder resolver sus diferencias antes de volver. Pero estamos viendo que no hay ningún cambio desde ese día. Y nos preocupa.

(Be) - Bueno, está bien... Lo que pasó fue que, yo me mandé una cagada...

(Ge) - No te eches la culpa vos solo. Yo también soy responsable...

(Ul) - ¿Qué pasó? ¿Vas a decir que estás embarazado? Jajajajajaja!

(Be) - No seas pelotudo, Ulises...

(Ul) - Perdón, perdón... Jajaja... Es que sonó como si fuera algo así...

(Be) - No. Bueno, yo la cagué... Me enamoré.

(Ga) - ¿Enamorado, eh? Jeje... Dejame adivinar... ¿Enamorado de mi hermano?

(Be) - Si... Y sé que no está bien porque nosotros...

(Ul) - No es algo malo, Berny... Yo... También me enamoré...

(Be) - Pero yo me enamoré de mi amigo. Y eso no está bien. Porque nos prometimos que no íbamos a tener sentimientos. Que iba a ser solo algo de sexo de vez en cuando, hasta que encontremos alguna persona con la que pudiéramos tener una verdadera relación.

(Ul) - Y vos ya lo encontraste... Y... Yo también...

(Be) - ¿Vos también qué?

(Ul) - Chicos... Gaby y yo...

(Ga) - ... Somos pareja.

(Ge) - ¿Qué? ¿Cómo que son pareja? ¿Por qué? ¿Desde cuándo?

(Ga) - Desde el día en el que ustedes se pelearon.

(Ul) - Cuando salimos a caminar ese día, le pedí a Gabriel que sea mi pareja. Y estábamos pensando en vivir en el mismo departamento. Pero si ustedes dos están peleados, no vamos a poder. Porque ustedes o van a querer compartir el otro departamento.

(Be) - ¿Y esperaron hasta el último día para decirlo?

(Ge) - Yo no tendría ningún problema en compartir el departamento con Berny. ¿Vos qué pensás?

(Be) - No sé. No sé... Yo... Voy a salir a caminar un poco. Necesito pensar. Esto es... Argh... Vuelvo en un rato...

Pensar. Pensar en todo. Pensar en nada. Pensar en qué hacer. Porque ahora todo cambió. Ahora ellos están juntos. Ellos quieren vivir juntos. Y está bien. Pero está mal. Porque ellos se quieren. Pero no pensaron en los sentimientos de los otros dos. O tal vez si pensaron en sus sentimientos. Pero creyeron que iba a estar todo bien. Porque son amigos. Porque siempre se llevaron bien. Porque podían compartir las mismas cosas. Porque tienen secretos juntos. Porque comparten el mismo secreto. Porque tienen gustos parecidos. Porque ellos hacen las mismas cosas. Porque también quieren formar una pareja con otro hombre. Porque ya estuvieron juntos. Pero no... No se quieren igual. Al menos uno de ellos, no. Y si no se quieren, no se van a llevar bien viviendo juntos. Entonces...

(Ge) - Berny... ¿Podemos hablar?

(Be) - Salí a caminar para pensar tranquilo, no para que me sigas, Germán... Volvé a la cabaña y dejame solo un rato... Por favor...

(Ge) - No quiero... No te voy a dejar solo... No ahora...

(Be) - Soltame... No quiero enojarme con vos...

(Ge) - ¿Con quién estás enojado? Contame...

(Be) - Si no podés sentir lo mismo que yo, entonces no me lastimes más... Soltame y volvé a la cabaña... Quiero caminar solo un... Mmmm...

(Ge) - Dije que no te voy a dejar solo...

(Be) - ¿Por qué me besaste? Yo te dije... Mmmm...

(Ge) - No te voy a dejar solo. ¿Ok? Sé que, por ahora, no tengo el mismo sentimiento que vos... Pero, ¿quién sabe? Tal vez... Tal vez pueda sentir algo más...
Te lo dije. Me gusta estar con vos. Me siento bien al lado tuyo. Y no quiero que dejemos de compartir estas cosas.

(Be) - Entonces...

(Ge) - Entonces, dame un tiempo para adaptarme a la idea de ser algo más que amigos. No te puedo prometer que voy a desarrollar ese mismo sentimiento que vos tenés, pero puedo intentarlo. Y eso ya es bastante ¿no?

(Be) - Si. No sé. Tal vez.

(Ge) - Entonces, ¿volvemos juntos a la cabaña?

(Be) - Si.

(Ge) - ¿Y vamos a vivir juntos en el departamento?

(Be) - Tu hermano y Uli se venían preocupados por nuestra pelea. Ellos de verdad quieren vivir juntos.

(Ge) - Entonces, no hay nada más que hablar sobre eso.

...

(Ul) - ¿Cómo les fue? ¿Pudieron hablar las cosas?

(Be) - Si. Estamos bien. Ustedes ocupen un departamento y nosotros vamos a vivir en el otro.

(Ga) - ¿Seguros de que está todo bien?

(Ge) - Si... Va a estar todo bien.

El verano terminó, y tenían que volver al pueblo. Rotos y descosidos, pero juntos igual.
Unos días después de eso, prepararon todo y se mudaron.
Los mellis se excusaron con el hecho de que venían compartiendo todo desde que estaban en la panza de su madre y que querían vivir separados. Así que no fue muy complicado convencer a los padres de los otros chicos también. Después de todo, los cuatro siempre fueron muy buenos amigos y no habría ningún problema en compartir el departamento.
Sus padres los ayudaron con la mudanza.
Ambos departamentos están en el cuarto piso de un edificio que queda a mitad de camino entre la facultad de medicina y la de derecho.
Los mellis ingresaron a la carrera de medicina, y Bernardo y Ulises, van a estudiar abogacía.
Después de instalarse en el departamento, decidieron salir a pasear un poco por el lugar, para conocer. Necesitaban saber qué locales comerciales había cerca. Un poco pudieron ver por internet, pero siempre es mejor ir personalmente.
Comprar algunas cosas.
Recorrer.
Para empezar a adaptarse a la ciudad.
Todo es nuevo en ese lugar, y nada se parece a lo que veían en el pueblo.
La gente camina rápido.
Hay muchas personas en todas partes.
Nadie se detiene a mirar el paisaje.
Todo es diferente.

Amigos Y Secretos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora