30.La Tapita Rica

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Pasaron un par de días desde que empezamos a buscar un trabajo para mí.

Era sábado, y el próximo lunes ya tendría que volver a clases ya que terminaban las vacaciones.

Tenía ganas de volver a ver a Kate y a Riley, pero por otra parte me preocupaba que por tener menos tiempo Cameron y yo nos distanciaramos. Estaba tumbada en el sofá junto a mi perro. Veía una serie en la televisión bastante buena, entonces mi móvil sonó.

Extrañada, me levanté y me acerqué para cogerlo.

—¿Diga?

—Hola. ¿Es usted Michelle? —preguntaron al otro lado de la línea.

—Asi es, ¿quién llama?

—Soy Emma, le llamaba por el currículum que dejo aquí para trabajar de camarera. Solo quería avisarle de que a mi jefa le ha encantado el currículum y que podría empezar a trabajar hoy perfectamente. Si puede pasarse a conocer a los jefes y así le explicamos cómo funciona todo estaría genial.

En cuanto la oí, empecé a dar saltitos de alegría.

—Si si, por mi perfecto. Estaré allí a las cinco y puedo empezar el turno a las seis si queréis. —contesté.

—Perfecto. Pues luego nos vemos. Encantada de haberte conocido y suerte. —dijo la chica.

—Gracias a vosotros. —respondi y colgué.

Mamá aparecío en la puerta sonriendo.

—¿Y? —preguntó esperando una respuesta.

—¡El trabajo es mio! —grite y me abalancé en sus brazos.

♡︎♡︎♡︎

Eran las cuatro y media de la tarde. Me vestí con unos vaqueros y una blusa anaranjada. Até mi cabello en una coleta baja y la complemente con un pañuelo naranja. Me maquillé un poco por encima y agarré un par de objetos necesarios.

Mi madre y yo subimos al coche y nos dirigimos al bar. Cuando llegamos a la úbicacion nos dimos cuenta de que estaba cerca de uno de los barrios más pobres de dónde yo vivía. Bajamos y fuimos directos al bar. Tenía una fachada verde oscura y dos grandes ventanales.

Arriba del todo había un letrero con el nombre del bar, el cual no podía evitar que me hiciera gracia. Se llamaba "La tapita rica".

Entramos al bar y una chica joven nos recibió, era morena con los ojos verdes. Tenía la piel oscura.

—¡Hola! Tú debes ser Michelle, ¿no? —preguntó y asentí con la cabeza. —Yo soy Emma, encantada.

Emma también se presentó a mi madre, y una vez mi madre se aseguró de que no había nada raro, me dejo allí para empezar a trabajar.

Emma me guío hasta la cocina, allí había una mujer bastante mayor cocinando.

—Esta es Tere, es la jefa.

Tere, se dio la vuelta y me sonrió. Era una señora de aproximadamente unos sesenta años, tenía el cabello teñido de un color naranja y los ojos marrones. Estaba pelando patatas.

—¡Hola querida! —me saludó con dos besos. —Perdón por este recibimiento pero estamos hasta arriba de gente. Emma cariño, enséñale tú el bar por favor.

—Claro que si Tere, no se preocupe.—respondió Emma.

Me sacó de la cocina para llevarme q la barra.

Enséñame a sentir #1 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora