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No pude besarlo.

Quería, lo tenía frente mío y no había nadie cerca, pero no pude hacerlo.

Sólo murmuré palabras sin sentido y le terminé soltando la mano porque ya lo estaba lastimando mientras hablaba sin parar, fue incómodo, pero antes de que dijera otra tontería más, me sostuvo la cara entre las manos y me sonrió, diciéndome que no me preocupara por lo que había hecho. Mi cuerpo se llenó de paz y le sonreí.

Después de jugar un par de horas, se quedó completamente dormido sobre mi cama.

Se ve tan hermoso, tan perfecto y puro...

Me recosté a su lado, a la altura de su cara, viendo cómo abraza mi almohada con sus brazos y piernas. Mantengo distancia para apreciar el lindo lunar que tiene en su nariz, esas bellas pestañas, desvío inmediatamente mi mirada a sus labios, imaginando como sería besarlos.

—Te amo tanto...

Quizá me acerque por inercia, necesidad, pero no puedo parar. Necesito un beso suyo, y sólo estoy a 2 cm de poder probarlos, no puedo resistirme.

Rocé mis labios con los suyos, pero el ruido de la puerta abriéndose hizo que me apartara de forma abrupta, haciendo que Tae se removiera en su lugar y me diera la espalda.

—Jungkook... ¿qué hacías?

—Hobi hyung...

—¿Acaso lo ibas a...?— negó y salió.

Maldición

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