LA MANSION ARDLEY "HALLOWEN"

PARTE I

LA MANSIÓN ARDLEY

"Hallowen"

Parte I               

Era una mañana hermosa para la familia Grandchester Ardley, los niños estaban emocionados por la invitación que les había hecho su tío Albert, al cual ellos adoraban por sus diversas historias que les solía contar cuando viajan a Inglaterra.

Después de la boda de Candy y Terry, la amistad de Albert y Terry se había vuelto aún más sólida, hasta el punto de considerarse como verdaderos hermanos.

Tenían más de 6 años de no visitar la mansión de Lakewood, desde que Albert se casó y se decidió a recorrer el mundo con su esposa, que era igual a él "un espíritu libre". Se había tomado un año sabático para disfrutar su luna de miel.

Los negocios estaban a cargo de Archie, así que Albert pudo darse ese gusto, pero siempre estaba al pendiente por si un problema se presentaba, cuando regresaron decidieron establecerse en Inglaterra para atender los negocios que tenían ahí, ya que estos iban creciendo cada día más y lo absorbía tanto, al grado que no Habían podido viajar a América en todo ese tiempo.

Pero en ese año se había organizado y pudo hacer un espacio para poder llegar a celebrar "Halloween" en su natal América, y el lugar en donde él creció "Lakewood".

Invito a toda la familia para reunirse en la Mansión de Lakewood y brindar una fiesta de disfraces.

La familia Cornwell Britter, Los Grandchester Ardley, Los Steven O'brian que, aunque no eran familia de sangre, eran queridos como tal por el gran cariño que le tenían a Paty, estas eran las familias más queridas y apreciadas para Albert, no así los Leagan, pero eran familia y de ninguna manera quedarían excluidos, fueron las palabras de la sra. Elroy.

La fecha se acercaba y todos viajaron a la majestuosa Mansión, que tantos recuerdos traía a los miembros del clan, fue cuna de los niños Ardley, vio crecer a varias generaciones.

Candy cerró sus ojos y no pudo evitar que una lágrima rodara por sus mejillas al evocar todos esos momentos felices e inolvidables de su Infancia. Desearía que Ustedes también estuvieran aquí, "mi querido Anthony y Stear".

Con ese pensamiento, Candy se alejó del jardín para correr detrás de sus pequeños traviesos Terry jr. de 7 años y Katherine de 6.

Todos se encontraban reunidos en el gran salón, entre risas y charlas, la fiesta sería dentro de dos días. Pero Albert les había pedido que permanecieran alojados en la Mansión para así disfrutar más de su compañía, de tan queridos amigos.

Los niños disfrutaban estar reunidos después de tanto tiempo sin verse, no dejaban de correr y jugar.

La familia   Rockefeller Leagan, hizo su aparición. Eliza había logrado casarse con un heredero de una de las familias más ricas de New York, tenía una pequeña diablilla de cabellos color rubio cenizo como su padre, llamada "Anabela" de sentimientos tan obscuros como los de su madre.

Neal por su parte se casó mediante un matrimonio arreglado por sus padres, con la hija de un empresario de una también acaudalada familia, Adele Walton, ellos tenían un niño llamado Noah, era un niño cariñoso como su madre, pero con una debilidad por complacer siempre a su prima Anabela, a la cual quería como a una hermana.

Todos los niños se reunieron en el jardín Edward y Arthur Cornwell, los mellizos Ari y Tomy Steven, Terry y Katherine Grandchester, Anabela y Noah Leagan no podía faltar.

—¡Sabían que esta casa es misteriosa y hay fantasmas! —dijo Anabela— mi mamá dice que está embrujada y que, si te quedas por mucho tiempo aquí te mueres, ¿les gustaría contar historias de terror? Para hacer más divertida la noche.