Capitulo 4.

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Al otro día me desperté con algo de cansancio, no había vuelto a hablar con James, suspire, me levante y fui a ducharme, me puse un jean celeste y una polera blanca, me peine, cepille mis dientes, tome mi bolso y salí de mi casa, pase por el súper mercado a comprar algunas cosas y luego, nerviosa, me dirigí a casa de Kendall, no lo veía desde que terminamos, temía verlo peor de lo que me lo imagine.
Al llegar a la dirección que me indico Kathy, con las bolsas en manos me acerque a la puerta y toque el timbre, espere, la verdad estaba cansandome de esperar hasta que la puerta se abrió dejándole ver a Kendall, se veía tan apagado, tan consumido, suspire con triste y me aferre a el, supuse que le haría bien un abrazo, a los segundos sentí como el correspondía ante mi acción.
-Pasa-susurro.
Entre y su casa literalmente parecía un basurero.
-Que asco es esto Kendall-solte sin pudor, el me conocía, sabia que no lo tomaria a mal, escuche una risa amarga proveniente de el y me dirigí a la cocina
-¿Desayunaste?-le pregunte, el negó con la cabeza y yo abrí el refrigerado para encontrarme con dos latas de cerveza, un frasco de mermelada y una caja de leche casi vacía.
-No como mucho-mire la mesa de la cocina, había una caja de pizza, la abrí y salio un irritante olor producto a quien sabe cuantos días llevaba eso ahí.
-Suerte que tu madre me comento un poco de como vivías ahora y que recuerdo lo desordenado que eras-El alzo una ceja-ve al sofá te llevare el desayuno-El dudoso se fue al sofá y yo seguí en la cocina, limpie un poco, tome un plato ondo, corte frutas y las puse allí con un poco de jugo para así hacer una pequeña ensalada de frutas, tome el pan e hice unas tostadas, tome un pedazo de pastel que había comprado e hice un cafe, Kendall necesitaba alimentarse, y alimentarse bien, puse todo en una bandeja y la deje en una mesita frente al sillón, este me miro y suspiro.
-No comeré todo eso.
-Kendall no eres una adolescente de 17 años que la dejo el novio.
-No, soy un adulto de 35 años el cual perdió a su hijo.
-No creo que el quiera que dejes tu vida de esta manera.
-¿Tu que sabes?
-Kendall por favor quiero ayudarte...
-Yo no quiero tu ayuda, toma llevaré este estupido desayuno no lo quiero-se levanto y bruscamente puso la bandeja en mis brazos, respire hondo, sentí mi pecho dolor, así es tenia ganas de llorar.
-Bien, ¿sabes que?, muerte has lo que quieres Kendall, pero se cosiente de que tu hijo sea donde sea que este...esta decepcionado de la mierda que eres.
-No hables de mi hijo-me contesto frío.
Volví a respirar hondo y salí de la sala el ni si quiera volteo a verme, deje el desayuno en la cocina y salí de su casa, me sentía dolida.
No había dejado pasar el tiempo para ayudarlo y esto pasa, así me paga.
Maldito no puedo evitar sentirme como una mierda, me sentí tan débil al tenerlo frente a mi nuevamente, siempre fue mi debilidad, mi profunda debilidad.
Tantos recuerdos llenaron mi mente de golpe y solo cerré los ojos recordando cada uno de ellos, unas ligeras y finas lágrimas brotaron de mis ojos, era todo tan perfecto junto a el.

 

First Love[Kendall Schmidt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora