El viento fuerte sobre las nubes lo abrazaba sin detener su vuelo recto. Una risa de alegría salía sin parar de su boca. Cómo si su risa inocente hubiera sido contenido durante años; todo en ese momento no existía para él.
Giró sobre su eje y desvío su vuelo hacia abajo, atravesando las nubes de vuelta a la ciudad de Tokio. Ya era de día y el sol cubría el cielo con su hermosura, pero al llegar bajo las nubes, todo era gris y tétrico de nuevo.
«Tengo que regresar a casa por mis cosas. Mi padre debe estar alcoholizado y no despertara hasta el atardecer. Debería aprovechar este momento para volver.»
Se aseguró de ir muy arriba de la ciudad para no ser visto. Aunque no podía evitar dejarse llevar y bajar hasta los edificios y volar junto a ellos mientras giraba y volvía a ascender hasta los techos.
Se detuvo en la azotea de un edificio de veintitrés pisos y se paró justo en el borde.
Una sonrisa miraba hasta abajo. Sus ojos habían recuperado el brillo de su vida. Lo que antes le aterraba, ahora lo sentía cómo en la palma de su mano. La altura no significaba nada para él.
Su corazón se agitó y se dejó caer mientras daba piruetas y se reía; extendió sus brazos y piernas hasta no poder más mientras veía como la calle se acercaba. De inmediato, encogió sus brazos y piernas, y usando su vuelo, salió disparado como una bala lejos de allí. Un grito de jubilo lo persiguió entre más se alejaba.
Cada vez más cerca de las calles donde él vivía, aterrizó en el patio trasero de su casa; como de costumbre, fue una caída dura y rodó por el suelo levantando polvo.
Una risa juguetona demostraba lo poco que le importaban las caídas ahora.
Levantó su torso, se puso de pie y miró hacia atrás. Como un flash, todo se nubló.
Esa alegría; esa libertad; esa paz que sentía. Todo se llenó de miedo.
«¿Qué...pasa?»
Se preguntó.
Su cuerpo estaba ansioso. Su respiración se volvió anormal y comenzó a inhalar por la boca. Aunque se sintiera omnipotente ahora, el miedo lo envolvió en un instante. Esa casa realmente le había apagado todo dentro de él.
Temeroso, comenzó a caminar con cuidado de no despertar a su padre. Sentía que si él despertaba, le podría hacer daño. Aunque pudiera volar, sentía cómo si no pudiera escapar de él.
Miró por una ventana a la sala de su casa y allí lo vio. Su padre estaba dormido en el suelo con botellas de alcohol a su lado.
Sus manos temblaron.
Bajó su mirada y se puso de cuclillas sosteniendo su frente contra la pared sucia.
«Tranquilo... Tranquilo, ya no puede hacerte daño. Yuki, cálmate...»
Su estómago se revolvió y ganas de vomitar se presentaron. Levantó su cabeza hacia la ventana que daba a su habitación y se elevó para llegar a ella. Aunque se mantenía levitando, puso sus piernas en los bordes de la ventana y la abrió con sus manos.
El miedo de hacer un solo ruido lo mantenía en todo momento, pero al lograr abrirla, se introdujo con cuidado.
Estaba de vuelta. Su habitación con la puerta tirada abajo pero sin rastros de ella. Sus cosas, para su mala fortuna, estaban destruidas. Su único objeto de valor; su laptop, ya no estaba ahí, pero había rastros de circuitos y cristales esparcidos. Supuso que al irse, su padre la había destruido. Así como toda su ropa y su único libro abierto donde había hecho la tarea de su universidad.
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Deseo de Libertad
Teen FictionTakumi Yuki, es un adolescente envuelto en problemas familiares muy graves, que lentamente lo van llevando al punto de quiebre. Cuando decide acabar con todo, una nueva experiencia es descubierta; descubriendo que puede volar y ser libre de sus atad...