CAPITULO 2

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-Pablo, Pablo, despierta. Tienes que ir a la escuela, vístete. 

-Si mamá, ya voy.

-¿Ya te preparaste?, se enfría el desayuno.

-Sí, ya está. Mamá, tuve un sueño muy extraño, me dio un poco de miedo.

-Mi madre decía que si tienes un sueño que te provoque miedo, o una pesadilla, tienes que comer algo antes de contarlo para que no se cumpla.

-Si mamá.

Tome el desayuno, me alisté para ir a la escuela, y me olvidé de hablar con mi madre sobre ese sueño. Espere hasta regresar a casa, y pude contarle:

-Mamá, ahora puedo hablarte de mi sueño.

-Sí hijo, adelante.

Mi madre se sentó en su sillón, delante de la chimenea del comedor, afuera nevaba con fuerza, mi padre estaba trabajando, estábamos solo nosotros dos en casa, el clima adentro era fresco, se sentía la calidez que provenía de la chimenea:

-Era muy extraño, la gente me llamaba Sergio, vivía en un lugar donde hacía mucho calor y no llovía mucho, después me mudé a este pueblo y pasaron cosas muy extrañas, además, la gente no hablaba entre sí.

-¿En serio?, que sueño tan extraño, ¿Y qué parte te dio miedo?

-Hablé con una mujer llamada Daniela, se parecía mucho a la señora Judith, pero era muy callada, casi no hablaba conmigo, me dijo que me tenía que ir de este pueblo.

-¿Parecida a Judith?, ¿Callada?, (mi madre rió por un momento), Judith habla demasiado, de seguro te la imaginaste como todos queremos que sea.

Luego de decir eso, mi madre volvió a reír, miró hacia la chimenea, y se quedó concentrada en su lectura, yo tomé mis cuadernos y comencé a completar las actividades que me habían dado en la escuela, estuve así un rato, de repente, escuché un golpe en el piso de arriba, tanto mi madre como yo nos asustamos.

-Mamá, ¿Qué fue ese ruido?

-No lo sé hijo, quédate aquí, iré a ver.

-No mamá, quiero ir contigo, me da miedo estar solo.

-No te preocupes, estarás bien aquí.

Mi madre subió por las escaleras, me quedé pegado a la chimenea, esperando a que regrese, no aparte los ojos de la entrada a la habitación ni por un segundo, desde donde me encontraba, podía vislumbrar las escaleras, tenía demasiado miedo, pero sabía que mi madre regresaría, después de todo, siempre lo hace. Pude observar una sombra en las escaleras, esta sombra bajaba lentamente, me sentí feliz porque pensé que mi madre caminaba hacia el comedor, cuando me di cuenta, la sombra de esa mujer estaba en la entrada, pero mi madre no, comprendí que no era ella, me quedé estático, no podía moverme, ni siquiera gritar. La sombra se acercó bastante, era la misma sombra de mi sueño, las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos, ella se acercó, extendió su mano, me acarició el cabello, en ese momento sentí tristeza, mucho dolor, pero no estaba aterrado, se alejó lentamente y desapareció, unos instantes después vi a mi madre bajando por las escaleras.

-Al parecer se abrió una ventana, pero igual revisé todas las habitaciones para estar segura.

-Está bien, me quedé aquí y te esperé quieto.

-Qué bueno que es mi hijo. (Sonrió y se acercó para acariciar mi cabello), ¿Estuviste llorando?

-Claro que no, se me metió algo en el ojo.

-Está bien, termina tu tarea así juegas un poco.

Terminé de hacer mis cosas, y me puse a jugar con los juguetes, pensé en la mano de mi madre, que era cálida y llena de amor, la mano de la mujer de la sombra era todo lo opuesto, pero no me asustó en lo absoluto. Mi padre llegó del trabajo y jugué un rato con él hasta que mi madre terminó la cena, nos sentamos en la mesa:

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⏰ Última actualización: Dec 27, 2020 ⏰

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