El inicio

617 37 0
                                    

Era un día totalmente normal para mí, me había levantado temprano para ir a la escuela, hoy sería el último día de clases lo cual agradecía mucho ya que tendría más tiempo libre para terminar un par de proyectos personales que hace meses deje atrás.

Mi madre se había ido temprano como siempre, trabaja cerca del pueblo pero todos los días sale y entra de este lugar para poder trabajar. Me dejó el desayuno hecho y lo único que tuve que hacer fue arreglarme y preparar algo de comida para el almuerzo.

Tome mi bicicleta y coloque mi mochila negra sobre mis hombros para comenzar a pedalear hacia el edificio donde estudió.

El día no pudo ser más común, las clases como siempre eran poco interesantes y los maestros sólo querían tomarse unas merecidas vacaciones.

A la salida decidí que está vez no saldría por la puerta delantera, así que use la trasera.

— Hey, ¿Me dejas pasar?

— Si, si claro... Soy...

— Ben, se quién eres niño nuevo. Cuídate.

Le dije para pasar a su lado mientras que el sostenía torpemente su maqueta. No me moleste en hablar de más con él ya que no soy de esas que tienen un montonal de amig@s, soy una chica solitaria, siempre ha sido así y no me incómoda en absoluto.

Tomó mi bicicleta para volver a casa y al llegar dejo mi mochila en el closet de mi habitación para posteriormente ir hacia el garaje el cual es una especie de estudio/oficina que mi madre me dejó decorar con mis proyectos.

Me gusta el arte, no importa lo que sea mientras entre en ese ámbito me interesa. No soy Picasso con el lápiz o pincel, he escrito varias historias y no son malas, he compuesto canciones que, según mi madre, son buenas pero solo son hobbies.

Recientemente he estado trabajando en un cuadro abstracto, los colores que más he utilizado en el son naranja amarillo y rojo, en la parte central del cuadro está una "mancha" roja que le da inicio a todo lo demás, el problema es que no tengo nada pensado para el fondo, quisiera, luego de pintarlo, comenzar a dibujar algo pero aún no logro saber qué.

Pasó varias horas en el garaje y solo detengo mis movimientos al escuchar un ruido en la casa. Dejo el pincel y limpio mis manos en mi mandil. Estoy completamente segura de que no es mi madre ya que ella llega hasta las siete y apenas son las seis, tomó un bate que era de mi padre y camino hacia el interior de la casa.

No hago ruido ni pregunto quién es ya que me parece algo absurdo, es decir, el ladrón no te va a decir quién es o algo por el estilo. La primera planta está vacía y cuando creo que mi mente me jugó una mala pasada de nuevo se escucha un ruido pero está vez en la parte de arriba, si no me equivoco el ruido vino de mi cuarto.

Subo las escaleras con cuidado de no hacer ruido y llegó a mi cuarto despacio, abro la puerta de golpe pero no encuentro nada irregular en él, al girarme un par de ojos amarillos hacen que me sobre salte y caiga al suelo.

— ¡Qué mierda! ¿Quién eres y que haces en mi casa?

Le pregunto al payaso que está frente a mí con una expresión sería. Me levanto apuntándole con el bate.

— Uhm... Ese lenguaje no es apropiado para una señorita como tú Tn

Me contesta con una voz extraña mientras sus labios dibujan una tétrica sonrisa que hace que tenga escalofríos.

— ¿Quién dice que soy una señorita?

Le pregunto de vuelta mientras doy un paso hacia él con la intención de golpearlo. Los payasos no me asustan, es obvio que me da miedo que un desconocido esté en mi casa pero no dejaré que vea eso, soy fuerte, debo serlo, ¿Quién más va a salvarme? Esperar que alguien venga a ayudar es ridículo y mi trabajo es proteger y cuidar la casa mientras mamá no está.

— ¿Acaso no tienes miedo de mí?– da un paso hacia mi– Haha puedo olerlo desde aquí, ¿Para qué ocultarlo?

— ¿Qué quieres?

— A ti

Se arroja hacia mí pero logró reaccionar a tiempo y le doy con mi bate para que se aleje de mí.

— Te lo advierto, me importa poco si tengo que matarte, no vas a dañarme o a la casa

Le dije seria mientras veía sus ojos amarillos posarse sobre mí, era obvio que estaba molesto, mi corazón latía rápidamente y mis manos comenzaban a temblar por la adrenalina en mi cuerpo. Escuche como la puerta principal era abierta, sólo me distraje un segundo pero cuando volví a ver hacia donde estaba él, ya no estaba.

Bajar la guardia sería ridículo así que baje las escaleras con el bate en alto mientras miraba a mí alrededor.

— ¡Ah! Tn ¿Qué haces con ese bate? Me asustas

Mi madre apareció en la sala logrando asustarme, le hice una seña de silencio y le susurré que había alguien en la casa. Ella asintió seria mientras iba a la cocina por un cuchillo, revisamos dos veces la casa pero no había nada.

— ¿Estás segura de lo que viste?

— Claro que sí, era un maldito disfrazado de payaso.

— Tal vez salió por una de las ventanas, llamaré a la policía para que revisen.

— Déjalo, cerraré todo bien a la otra

— ¿Segura? No me siento agosto al dejarte sola en esa clase de situaciones

— Está bien, le di un buen golpe

— Esa es mi niña, ¿Qué quieres cenar?

— Estoy bien así, ¿Quieres que te prepare algo?

Pregunte lavándome las manos luego de dejar el bate en la barra de la cocina, ella asintió mientras iba a la sala para sentarse.

— Una ensalada estaría súper

— Claro, enseguida.

Pennywise: The Other SideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora