27. Sentimiento revelado.

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¿Saben de esas sensaciones que parecen de la nada? ¿De cuando menos tú te imaginas que reaccionarías y al final terminas siendo un desastre?

Pues del cielo cayeron rosas cuando la puerta de la casa de Jeon JungKook se abrió y apareció un pequeñito cuerpo que te hacía volar por las nubes. Con una sonrisita dibujada en sus delicadas facciones, con el cabello negro ondulado cayéndole sobre los ojos.

Lo que me sorprendió hasta el punto de desconcertarme un momento, fue que ni bien había abierto la puerta del auto, él se encontrara corriendo para abalanzarse en mis brazos, asomando la cabeza sobre mi hombro.

Su aroma era embriagante, no era la primera vez que lo admitía.

— Estás precioso — murmuró despacio, hundiendo sus dedos largos entre mis cabellos. No optando por separarse cuando encajé suave las uñas en la piel bajo su saco.

— Eso lo debería de decir yo primero —reí para auto-seguido mirarlo a los ojos, la delicada sonrisa que se quedó en mis labios cuando con tan sólo una mirada podía ver los destellos en sus iris— Pero si me lo dice el hombre más bonito del mundo, sería por completo un orgullo.

Jungkook sólo le quedó seguir sonriendo como los idiotas que éramos enamorados, porque quería creer que yo no era el único que estaba invirtiendo hasta la sangre en lo que podría pasar, en lo que alguna vez comenzó y el punto final de la oración no lo vemos, aún así, el miedo sucumbe en mi interior y me desgarra invisiblemente.

— En nuestras próximas vidas me aseguraré de buscarte mucho antes, ¿bien? Y al menos seamos felices siendo realistas.

El rugir del motor del Mercedes Benz del pelinegro se escuchaba vibrar en los asientos dentro del vehículo, las canciones que de vez en cuando escuchaba cantar y bailar al chico cuando nos encontrábamos juntos, se reproducían a un volumen aceptable para el callar de nuestros corazones.

Mas las luces de la cuidad parecían luciérnagas por lo galante que se veía en el atardecer y jugaba con cada detalle del ocaso esperando por la sorpresa que estaba a punto de recibir JungKook.

— Oh, Kook, me enteré de lo del señor Min. Lo sien…

Callé en el preciso momento en que Jungkook bajó la mirada a sus piernas juntas, dejando de disfrutar la música que movía con interés las pocas extremidades que alcanzaba a mover el pelinegro sentado en el asiento de un automóvil. Un puchero en sus labios y sabía que había tocado un tema tal vez sensible para este momento.

Aunque tenía que hacerlo, sea como sea.

— No se lo merece. Mi hyung no se lo merece —mascullaba con pesar, encarando el ritmo no tan rápido en el que me movía por las calles pobladas de vehículos.

Murmuraba y no podía hacer nada más que mirarlo cada vez que tenía una oportunidad. Llevando mi mano ancha cuando no la utilizaba a su muslo para acariciarlo suave, delicado.

Just A Chance   》KTH/JJK《Donde viven las historias. Descúbrelo ahora