CAPÍTULO 25

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JULIETA


Estoy un poco preocupada por Valentina. En verdad un poco bastante. En la plática de de hace dos días en su depa sentí como que no tenía nada más que hacer. Intenté tentar el destino y al final darle su dirección a Juliana para que la fuese a ver pero desde que nos montamos en el avión parece un alma en pena y solo me dejó saber lo enojada que estaba conmigo por no alejar a Juli de su casa.

Su cara de enojo la he visto varias veces, más de las que puedo contar pero lo preocupante fue su mirada, estaba vacía. Hace meses que veo a mi mejor amiga desaparecer poco a poco y mi única esperanza son esos retazos de su vieja alegría que le veo cuando está al lado de Juliana.

Valentina es terca, está muy acostumbrada a tener la razón y dictar los términos de todo, odia lo desconocido que representa algo fuera de su zona de confort. Se le olvida lo extraordinaria buena mina que es. Tiene un corazón tan lleno de amor para dar que juro puedo matar a Caroline si me la encuentro por hacerle tanto daño.

Estoy decidida a no darle descanso en estas semanas, algo me dice que se me puede escapar de entre mis manos en cualquier momento y yo tampoco soy muy fan de perder. Su naturaleza y la de Skylar son tan parecidas que por eso se lidiar perfectamente con ellas, con razón ese par fueron buenas amigas.

Recuerdo la noche en que la conocí en aquel pub de Londres con su aire artístico toda segura de sus dotes acompañada por Valen en la barra. Mi Skylar es preciosa e inclusive en la penumbra no existía nadie mas cautivador que ella.

Ese día Valentina me había invitado al nuevo pub de Londres donde me presentaría a una amiga con la que se había vuelto a contactar después de muchos años. Tengo que decir qué fue amor a primera vista. En esos momentos que compartimos las tres pude notar lo bien que se entendían. Tenían el mismo carácter desenfrenado y despreocupado, disfrutaban de lo que tenían enfrente, pero también tenían un gran problema juntas, los excesos los compartían para mal.

Al llegar a Berlín mi preocupación aumentó, en todo el vuelo no habló con nadie, se limitó a acudir a los llamados de los pasajeros solamente. Durante nuestra estancia procure no dejarla sola aunque me hablara mal, trate de mantenerla ocupada fuera del hotel. Era obscura de nuevo, teníamos de vuelta al fantasma de mi mejor amiga deambulando por las calles de Alemania.

-Val- Le hablé durante una de nuestras caminatas para cenar.

-No estoy de humor Julieta, así que dime lo que sea y déjame en paz-

-Valen no puede ser que nunca estés de humor-

-Conozco tu voz de reproche y por eso no estoy de humor. Creeme se que la cague, ya me siento una mierda, contenta.-

-¿Qué pasó en Ámsterdam?- dije directamente pues me ponía los pelos de punta su actitud.

-Tu no pudiendo cumplir lo que me prometiste y justo por eso no quiero discutir, no se como pensé que podía confiar en que por una vez me ayudarías a hacer las cosas a mi manera y no salirte con la tuya.-

-Valentina no seas dramática, fue un resbalón. Dime porque fue tan malo cómo lo haces parecer-

-Un resbalón llamas a darle mi dirección. Pelotuda, sos un sorete.-

Gire los ojos ante sus ataques, ya sabía cómo iba esta conversación. Tenía que presionar pero sabía que no era el momento.

-Está bien, soy una pendeja de mierda que te pide disculpas por meter las narices donde no le llaman.- Me rendí por hoy.

ENTRE EL CIELO Y TUS OJOS - JULIANTINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora