Nuestro amor imperfecto {yoonseok}

Todo siguió exactamente igual

~Continuación de Harem imperfecto~

Omegaverse. 

yoonseok, nammin, taekook. 

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Previamente, Yoongi y Hoseok acudieron a una cena de negocios, pero la súbita aparición de Kim SeokJin, lo alborotó todo. Ya de noche, los dos alfas, Yoongi y Jin, conversaban en la cocina cuando el segundo confesó que albergaba la esperanza de tener una relación íntima con él, no sin mencionar, el rechazo que le causaban los omegas. El omega Hoseok irrumpió entonces... 

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Hoseok inspiró hondo, dio varios pasos al frente y se plantó delante de los dos alfas, pero su mirada estaba fija en SeokJin, quien lo observaba con expresión de asombro.

—Los omegas no somos juguetes —declaró con firmeza.

No pensó que una persona tan despreocupada y excéntrica como parecía ser SeokJin menospreciara de esa forma a los omegas. Le dolía profundamente.

—Vaya... Así que estuviste espiando —dijo SeokJin, serio. No había ni rastro de la personalidad que había mostrado durante la cena.

—Hobi, esto no tiene que ver contigo —intervino Yoongi.

¿Eran imaginaciones suyas o Yoongi estaba nervioso? Hoseok tragó duro, pero no retrocedió.

—Si... Si tiene algo que decirme, hágalo ya —le retó, apretando los puños—. Pero no espere una respuesta educada de mi parte.

—Hobi, espera... —quiso detenerle Yoongi. Miraba de soslayo a Jin, preocupado por cómo iba a reaccionar.

—No, está bien —concedió este, tranquilo. Se cruzó de brazos, todavía apoyado en el mueble de la encimera. Su postura era todo lo contrario a Hoseok, que tenía los músculos en tensión—. Diré exactamente lo que pienso de los... omegas.

Hoseok contuvo la respiración. Yoongi observaba la escena, incómodo.

—Cuando naces en el seno de una familia adinerada, todo lo que deseas, está a tu alcance —empezó el alfa, y durante un instante, dirigió su vista a Yoongi, pero inmediatamente la regresó al omega—. Con los años me aburrí, yo no hacía más que estudiar mientras el resto lo hacía todo por mí. En mi adolescencia tuve muchas relaciones, era apuesto y rico, todos los omegas morían por estar conmigo, pero, ¿quieres saber una cosa? —preguntó, y en su tono de voz se distinguió cierto resquemor—. Ninguno de ellos quedó satisfecho. Los primeros días eran tímidos y aceptaban todo con una sonrisa: cenas, regalos, citas... Pero luego, cuando se dieron cuenta de lo que podían sacar, empezaron a exigir más, y más... Yo les complacía, les daba todo cuánto pedían, pero siempre había peleas, y siempre era yo el culpable. Gritaban, lloraban y finalmente... me dejaban. Esa es la verdad —concluyó con una mueca en el rostro.

Hoseok quiso replicar. Si lo que contaba era cierto, entonces no era sino culpa del dinero que SeokJin hubiera tenido malas experiencias en el amor.

—Eso no justifica que...

—¡Y entonces! —exclamó SeokJin, alzando la voz y callando al omega—. Me di cuenta de que estaba solo, y que nadie se me acercaría desinteresadamente. Todos querían algo de mí... excepto Yoongi.

El aludido desvió la mirada, pero no interrumpió a su amigo.

—Él, un alfa que como yo, había fracasado en todas sus relaciones, pero insistía en encontrar a su omega... ¿Por qué hacerlo? ¿Por qué depender de ellos? —cuestionó, ahora sí con un tinte de furia en sus ojos—. Mi felicidad ya no dependía de los omegas. Había encontrado algo mucho más valioso, si tan solo también te dieras cuenta de tu error, Yoongi —le lanzó una mirada llena de pena.