𝐂 𝐎 𝐔 𝐍 𝐓 𝐑 𝐘 𝐇 𝐔 𝐌 𝐀 𝐍 𝐒 | ❝ Porque ______________ Ramírez cree que es una incompetente; quiere ser alguien en la vida, aprender cosas nuevas, pero sobre todo, ahorrar para largarse y vivir felizmente, entonces consigue un trabajo horr...
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ᴄᴇʀᴏ
Peinó uno de sus bellos mechones platinados lejos de sus preciosos ojos esmeralda, y con tan solo descubrir su frente de su flequillo, fue visible su piel tersa como la porcelana.
Aquella hermosa dama se acomoda sutilmente en su asiento, moviéndose con la misma delicadeza que una mariposa posando sobre una flor. Esos orbes glaucos se detienen en su taza de té, cuyo vapor aún es visible gracias a los tenues rayos del sol que se cuelan por las ventanas del restaurante. Aún así, el aire caliente no impide que pueda verse a sí misma en el reflejo de la bebida, haciendo notar aún más su expresión irritada.
Su entrecejo se frunce, y sus labios rojos muestran una mueca.
Esa mujer tiene un trabajo de ensueño, y su sueldo hace temblar a los grandes empresarios. Sin embargo, ni siquiera pensar en su fortuna evita que un suspiro salga de su boca.
─________________, te veo y... Eres lamentable ─exhaló con total franqueza, tomando su taza para darle un sorbo silencioso.
La belleza de la que estamos hablando no eres tú, se trata de tu exitosa hermana menor.
─No creo, yo me siento bien ─respondió aquella joven, ________________, una presumible vagabunda que aún seguía mirando la cartilla del menú.
La galante dama llevó una mano a su sien, no era capaz de pensar en otra cosa que en lo absurdo de la situación; por supuesto, desde su penoso punto de vista, que sobrepasaba cualquier línea entre lo mediocre y el clasismo. Aunque no era realmente relevante, su hartazgo lograba resaltar sus rasgos finos, lo que solo marcaba la diferencia con la joven que estaba frente a ella.
Una de ellas, gracias a sus inmensas riquezas por supuesto que siguió al pie de la letra las instrucciones que el local pedía respecto a la etiqueta y la vestimenta, ella misma habría planeado la presente reunión en este tipo de local, sin la consideración que su hermana mayor carecía de la ropa adecuada. Aquella que el resto del mundo identificaría como una vagabunda, lució sus mejores harapos para la ocasión, sabiendo que era la primera vez que su hermana la invitaba a comer, quería causarle una buena impresión.
El deterioro de la tela desteñida era notorio, y no importaba que tan brillante podría ser su sonrisa, su apariencia era horripilante. Su hermana la escaneó con la mirada, deteniéndose sobre los diminutos detalles e imperfecciones que arruinaban su apariencia. Su cabello largo está descuidado, mechones aceitosos producto de sus horarios de trabajo, su piel bronceada debido al trabajo arduo realizado bajo los intensos rayos solares, y repleta de cicatrices que hablaban de su propia torpeza al momento de elegir pasar justo a lado de materiales punzocortantes.
