SavannahTenía la rara costumbre de ir a la azotea de mi empresa cada noche que esta cerraba sus puertas, fumaba un cigarrillo o simplemente me sentaba a ver la gran ciudad que estaba allí, los autos y todas aquellas personas que tenían sus propios problemas sus propios mundos lo mejor de todo es que me desconecto de todo el mundo que me rodea, puedo estar sola.
Ya lo sé, estoy sola siempre pero estar aquí en este momento me da la serenidad que necesito.
Stephen insiste en que debo conseguir una amiga o al menos un novio, honestamente considero que la amistad que me puedan ofrecer a estas alturas seria falsa en todos los ámbitos posibles, si antes no querían ser mis amigos ¿porque ahora sí? vaya mierda, y con respecto a un novio veo más accesible tener un pequeño hámster.
Mi celular interrumpe mi serenidad cuando siento que está vibrando, husmeo en el pequeño bolsillo de mi saco y efectivamente una llamada entrante de mi padre.
─Estoy ocupada─Sin rodeos suelto a lo que escucho una carcajada sarcástica en respuesta.
─Necesito que vengas a casa─Dice con aquella voz arrogante característica de él, la detesto, rodé los ojos y suspire, usualmente busca hasta la más imbécil excusa que su cerebro puede producir para que regrese a ese lugar.
─Y ahora, ¿qué pasa?─Pregunto con fastidio.
─Soy tu padre, se supone que si digo que vengas debes obedecer─Reí ante semejante estupidez.
─Que divertida charla padre e hija espero que no se repita─Colgué.
Detesto que me llame, detesto que siquiera me hable.
Ya arruinado mi humor decido irme de allí y dirigirme a mi hogar, por ser la ciudad más movida del país a estas horas las personas solían estar caminando o simplemente desperdiciando su vida en alguna mierda insana, Nueva York al fin y al cabo.
Camino a casa recibo nuevamente una llamada, tomo el celular y ojeo, estoy conduciendo no pretendo responder ruedo los ojos al ver que es mi hermano "Mariposa Ardiente" de verdad el mismo se registró así y lo llevo a tal punto de colocar ese nombre a toda una línea de maquillaje gano millones de dólares el desgraciado, un nombre muy original y fabuloso es decir, ¿quien no querría sentirse como una mariposa ardiente? esa es su respuesta cuando le preguntan por el origen de ese nombre.
Al llegar a casa estacione el auto y me dirigí adentro, como es de costumbre todos los empleados están en la entrada haciendo fila para saludar y preguntar si se me ofrece algo, pues para algo les pago no?
─Muy buena noches señorita─Saluda cordialmente Sebastiano, el empleado más viejo de la casa, le dedico una mirada y con un asentamiento de cabeza le regreso el saludo.
─No cenare hoy, no quiero que me molesten bajo ninguna circunstancia, buenas noches─Subí las escaleras a mi habitación dejando a los empleados atrás, una vez dentro respire hondo y tome mis tacones y los retire quedando descalza.
Jodida mierda
El que dijo que ser rico es pura diversión que venga para darle un golpe en la ingle
Me despoje de mi vestimenta y fui directo a darme un baño, el agua cayendo sobre mi piel es otra cosa que me da serenidad ese momento donde todo se detiene y estás tú y el jabón. Ya totalmente limpia después de algunos minutos en la ducha tome mi bata de baño y salí a secarme y colocarme el pijama, no iba a dormir no, debía trabajar en alguno que otro papeleo.
Ya lista y fresca me senté frente al ordenador e inicie mi jornada laboral nocturna.
A veces odiaba esto pero la verdad si no fuese así la verdad sería extraño, toda mi vida esta entregada a esto, mi trabajo mi empresa.

ESTÁS LEYENDO
Lady Honey: The bitch boss.
Teen FictionMe compro mis propias cosas, pago mis propias facturas, estos anillos de diamantes, mis coches, no pretendo perder el tiempo con un idiota. Todo lo que tengo, lo compré por mis propios medios. No me invites a una copa, yo gano mi dinero me comprare...